1888

Nace Valentín Cané y Pérez en Matanzas, Cuba. Se conmemora un año más del natalicio del gran gestor de una leyenda que ha tenido y tendrá eco por muchas generaciones: La Sonora Matancera. En la Calle Salamanca No. 41 del barrio Ojo de Agua de Matanzas, habitaba este tresero y allí tuvo lugar el nacimiento de la entonces llamada Tuna Liberal, aquel Sábado 12 de Enero de 1924 cuando su hijo Humberto Cané, el futuro contrabajista, tresero, bongosero y cantante contaba con apenas seis (6) años de edad. Para tal efecto estaban reunidos los siguientes nombres: Domingo Medina, Julio Govín, José Manuel Valera, Juan Bautista Llopis (Guitarristas y los dos últimos también como cantantes), Manuel Sánchez “Jimagua” (Timbalero), Ismael Goberna (Trompetista), Pablo “Bubú” Vázquez (Contrabajista). Pocos años después se sumaron Carlos Manuel Díaz “Caito” (Maraquero) y Rogelio Martínez (Cantante y Claves) mientras la Tuna Liberal sufría diversos cambios en sus nombres, primero Sexteto Soprano (1926), luego Estudiantina Matancera (1927), después Sexteto Sonora Matancera (1930) y finalmente el Conjunto Sonora Matancera (1935) que es el que conocemos.

Nuestro protagonista deja la dirección del conjunto en el año de 1942 para ocuparse en labores administrativas de la agrupación hasta el día de su muerte a la edad de 67, siendo nombrado como director el conguero Ángel Alfonso Furias “Yiyo” quien dura seis años al frente hasta el nombramiento de Rogelio Martínez en 1948.

Valentín Cané y Pérez

1916

Nace Efraín Loyola en Cienfuegos, Cuba. Uno de los fundadores y primer flautista de la Orquesta Aragón. En pleno furor del danzón y el danzonete, son estas dos corrientes musicales las que atraen a nuestro invitado, iniciando estudios musicales hacia mediados de los años veinte, y debutando profesionalmente en el Sexteto Los Naranjos hacia 1928. Acoge la flauta como su instrumento característico hacia 1937 cuando estrenaba su primer danzón titulado “Lluvia de amores”. Por esta época transitó por distintas agrupaciones como la Orquesta de Tomasita la O, la orquesta de Pedro Calvo, las agrupaciones de Alfaro Pérez, Joseíto Fernández, Francisco Fellove, la Orquesta La Brillante, la Fantasía de José Ramón, y la orquesta de planta de la famosa academia de baile Marte y Belona en la época donde se gestaba la moda de los cabarets. Hacia 1939 más exactamente en Cienfuegos junto al contrabajista Orestes Aragón configura una formación charanguera que se denominó La Rítmica del 39. Con posterioridad, tras una presentación en la radio CMHJ, el locutor Humberto Duarte la bautiza como Rítmica Aragón, y finalmente se convierte en la eterna Orquesta Aragón. Loyola se mantuvo allí hasta 1954 como el iniciador de una historia dorada en torno a la flauta en las orquestas charangueras, historia que continuó Rolando Lozano y después Richard Egües. Por su parte, Loyola conformó su propia orquesta el 10 de Mayo de 1954, conocida como la Orquesta Loyola y luego “La Charanga de Oro” sirviendo a la vez de institución para otros músicos y por ende, otras agrupaciones musicales. Gran maestro y ser humano a toda prueba, Hijo Distinguido de Cienfuegos, convertido en uno de los flautistas más representativos y longevos de la isla, pues vivió 94 años hasta su muerte en la tierra que lo vio nacer.

Efraín Loyola

1929

Nace Ignacio Sanabria Vázquez “Nacho Sanabria” en Cataño, Puerto Rico. Cantante, bailarín y director de orquesta de gran recordación por su agrupación El sabor de nacho, cuyas piezas musicales han sido de grata recordación y aceptación por parte de los rumberos. Desde muy pequeño dio muestras de talento a los nueve años interpretando melodías del Cuarteto Mayarí y participando en concursos aficionados donde no le iba nada mal, hizo pasantía por el Conjunto Alfarona X -mismo por donde también pasó Joe Cuba-, y profesionalmente debutó como cantante en una orquesta llamada La New Yorker de Quique Rios registrando su primer sencillo en 1957 con los temas “Sin cariño y sin dinero” y “Rio Grande”. Cuatro años después se vincula a la agrupación del pianista Gilberto Cruz donde graba sus primeros larga duración, para luego trabajar junto a Rogelio “Kito” Vélez y pasar a hacer parte del combo de Rafael Cortijo en dos etapas (1963-1966 y 1968). También registró su voz en un sencillo con la orquesta del célebre flautista cubano José Fajardo, y en algunos temas para la producción “El bravo” del gran maestro Mongo Santamaría.

En 1968 se gesta su propia agrupación iniciando con dos sencillos: Déjame ya, mujer/Chango ta’ vení y El piolé guajira/El Saquito. Dos años después se genera el primer larga duración “El Sabor de Nacho” bajo la rúbrica Borinquen Records con éxitos como “Alma primitiva”, “Oro que brilla”, “La faldita”, “Carta para tí” y “Los buena gente” con los arreglos de Bobby Valentín y los coros de Paquito Guzmán con Pellín Rodríguez. A esto se le sumaron otras producciones con un derroche de éxitos como “Mambo batiri”, de grata recordación para el gusto del rumbero, en especial los caleños donde tiene muchos afectos.

Nacho Sanabria

1937

Nace Roberto “Bobby” Porcelli en Nueva York, USA. Un calendario deshojado más para  el saxofonista y flautista de una notable hoja de vida en el espectro de los ritmos afrolatinos y el jazz. Egresado de la Universidad de Columbia inicia junto a su saxo la aventura musical con la banda del saxofonista Hugo Dickens interpretando jazz con Rhythm & Blues, posteriormente trabaja junto al percusionista Louis “Sabú” Martínez antes de llegar a hacer parte de las grandes bandas de los paladines del Palladium Machito, Tito Puente y Tito Rodríguez -recordemos la histórica grabación del álbum “Esta es mi orquesta”-, también colaboró con grandes artistas de la música latina como Chico O’Farrill, Eddie Palmieri, Mongo Santamaría, Willie Colón, Celia Cruz, y en las lides del jazz junto a George Benson, Bobby Watson, Don Sickler y Thelonius Monk siendo un embajador de estas sonoridades en el viejo continente.

Roberto “Bobby” Porcelli

1940

Nace María Eugenia Barrios Acosta en La Habana, Cuba. Soprano y doctora en Ciencias sobre Arte del Instituto Superior de Arte (ISA), y una de las voces más elogiadas del arte lírico cubano. Celebrada por sus apariciones en personajes tan diversos como los roles protagánicos de “Madame Butterfly” o “Cavallería rusticana”. Debutó en lides artísticas con 18 años de edad bajo la guía del gran maestro Gonzalo Roig en aquella aparición junto a la Banda Nacional de Conciertos. Entre sus maestros de canto se incluyen los nombres de Carmelina Santana Reyes y Nina Dorleak, con la cual estudió en el Conservatorio Tchaikovski, de Moscú. Sus interpretaciones han sido apoyadas por la batuta de figuras tan relevantes como Adolfo Guzmán, Rodrigo Prats, Félix Guerrero, Vladimir Markovich, Roberto Valera y Gnadi Dimitriak. No solo en Cuba ha sido alabada la pureza de su voz y la calidad interpretativa que la identifica. El público mexicano y colombiano conocen de su singularidad y elegancia. También ha recibido ovaciones en Polonia, Corea, España, Portugal y Ecuador.

Con su investigación acerca de la interpretación de la canción lírica cubana, alcanzó el grado de Doctor en Ciencias sobre Arte del Instituto Superior de Arte, tema que ella misma mantiene en la defensa de sus apropiaciones de páginas de Lecuona, Prats, Anckermann y otros destacados e imprescindibles autores de los mejores catálogos. El haber llevado una carrera sin estridencias le ha permitido conservar su peculiar timbre, que ahora mismo se alza dignamente en los conciertos que se unen a este festejo que llega a nuestras páginas. Entre los papeles más importantes que ha personificado, se encuentran “Cio-Cio”, de la ópera “Madame Butterfly”, de Giacomo Puccini; además de sus apariciones en importantes obras como “Cecilia Valdés” de Gonzalo Roig; “Amalia Batista” y “Rosa la China” de Rodrigo Prats; “María la O” de Ernesto Lecuona; “La esclava” de José Mauri; “Ecue-Yamba-O” de Roberto Sánchez Ferrer; “La Verbena de la paloma” de Tomás Bretón; “Los gavilanes” de Jacinto Guerrero; “Luisa Fernanda” de Federico Moreno Torroba; “La leyenda del beso” y “La del Soto del parral” de Soutullo y Juan Vert; “La viuda alegre” de Franz Lehar; “La del manojo de rosas” de Pablo Sorozábal; “La traviata” de Giuseppe Verdi;  y “Tosca” de Giacomo Puccini. Entre los lauros que ostenta se encuentran la Distinción por la Cultura Nacional, la Medalla Alejo Carpentier, la Orden La Medalla José Tey, el Diploma al Mérito Pedagógico, y la Réplica del machete del Generalísimo Máximo Gómez.

Fuente: Giro, Radamés. “Diccionario Enciclopédico de la Música en Cuba”. Instituto Cubano del Libro. Editorial Letras Cubanas, 2009.

María Eugenia Barrios Acosta

1990

Fallece Calixto Callava en La Habana, Cuba. Cantante  y compositor santiaguero, uno de los

más célebres en materia de la rumba, el guaguancó y el son. Criado en el barrio Belén que fue cuna de grandes rumberos, se inspiró en el famoso tamborero Luciano “Chano” Pozo y así fue gestando sus primeras composiciones. En la década del cincuenta viajó a tierras mexicanas en busca de oportunidades, las cuáles nunca se le manifestaron allí, pero el destino lo reunió en tierras habaneras -donde trabajaba como estibador- con los rumberos Francisco Hernández “Pancho Quinto” y Jacinto Scull “El chori” para la conformación del grupo Guaguancó Marítimo Portuario Zona 5 que después se convertiría en el Grupo Yoruba Andabo.

El adverso momento en tierras aztecas no fue en vano, pues inspiró melodías como “México, qué grande eres” y “Mande usted”. Otra de sus inspiraciones nace del barrio Colón donde veía pasar a una muchacha que despertaba su atención, pero como ella no reparaba en su presencia, el compositor decidió propiciar un encuentro. Llegado ese momento, Callava le improvisó unos versos y como ella tampoco le hizo caso, entonces le dijo: “No importa, algún día yo tendré una como tú”, pues la joven no solo se detuvo, sino que le regaló una sonrisa y le inspiró el recordado bolero “Lo añoro”, que conquistó un espacio privilegiado en el repertorio del gran cantante Vicentico Valdés. Otras obras de su autoría fueron “Tumbayaya”, “Guaguancó sabroso”, “Retozón”, “Lo bailo solo”, “La tumba brava”, “Chano en Belén”, “Tiembla la tierra”, “Inutil espera”, “Mi puchunga de amor”, “El congo”, además de la recordada rumba “El callejón de los rumberos” y “Canta la ceiba, baila la Palma Real” popularizada por Los Van Van. Nuestro “Rumbero de Belén” fallece a sus 60 años de edad.

Calixto Callava

SEGUIMOS BATALLANDO EL SON.

ESCRITO: JHONNY VELÁSQUEZ REYES

EDICIÓN: ANGELINA MEDINA QUIROGA

SECCIÓN ORIGINAL DE HERENCIA RUMBERA RADIO

LIMA – PERÚ

DICIEMBRE 2020