(primer capítulo de un ensayo especial en 3 partes por Tommy Muriel para Hablando En Clave®)
Este pasado 20 de abril del corriente año 2023 se conmemoró lo que sería el cumpleaños número 100 de Tito Puente (o lo que es lo mismo de manera oficial, se conmemoró el natalicio del eterno Rey Del Timbal y otrora Rey Absoluto de la música latina). Como prometido en este mismo espacio hace varios años atrás cuando cubríamos ese período oscuro en su carrera a inicios de la década de los 70’s, aquí la conclusión del recorrido por los últimos años de carrera y vida terrenal del rey contento.
Primera parte: El “comeback,” la Trilogía del Bárbaro y su primer Grammy.
El “comeback” en sí.
Corría el año 1975. La casa que Puente ayudó a construir, el legendario sello Tico Récords del ya fenecido George Goldner, cambiaba de manos por segunda y última vez. Como ya es historia conocida y que hemos narrado varias veces, Fania Records absorbe el sello de manos del notorio Morris Levy – dueño de Branston Music, la casa matriz de Roulette y dueños desde los 50’s de este sello y de Alegre Records a partir de 1966. Con los aún socios Jerry Masucci y Johnny Pacheco adquiriendo Tico y Alegre ese año, esta compraventa vino en el peor momento para Puente: tras el fracaso de su experimental álbum “Tito Unlimited” con el cual pretendía hacer su crossover al mercado gringo, el Rey pasaba por el peor punto de su carrera. Sin un éxito en la radio desde 1973 – su álbum “Tito Puente & His Concert Orchestra” no fue un sólido vendedor, aunque tímidamente sí se oyó en radio la nueva versión de El Rey Del Timbal – y ahora con un silencio discográfico forzoso a cuestas la carrera de Puente caía en coma. Afortunadamente, el que Fania lanzara respectivamente ese año y el siguiente las compilaciones “No Hay Mejor” y “Los Originales,” destacando esa época de oro junto al ya estelar Santitos Colón, si bien no lo mantenían en vigencia sí lo mantenían lejos del olvido absoluto. Y, sobre todo, el exponencial aumento de pagos en regalías gracias a la versión que Santana hiciera en 1970 de su éxito Oye Como Va en el consagratorio álbum – y sólido vendedor multi-platino – “Abraxas” hacía este trago mucho más fácil de digerir.
Llega pues 1977 y con él los planes masivos de Masucci – pasada ya la euforia de la película Salsa y la fastuosa gira de mediados del ’76 – de reanudar producción total en Fania Records y todas sus subsidiarias, incluyendo ahora de manera formal a los recién adquiridos Tico y Alegre. Y una de las prioridades máximas del mandamás de Fania lo era el regresar al Rey del Timbal a las primeras planas con un disco comercial y con rotación fuerte en la radio. Con eso en mente le delega este encargo al no menos legendario Louie Ramírez, quien ahora corría con la supervisión directa de Tico y Alegre amén de estar bajo contrato como artista con Cotique, sello que Fania adquiere en 1970 tras la muerte de Goldner. La propuesta no podía caer en mejores manos: la genialidad y prestigio de Ramírez como cerebro de estudio ya estaba más que probada y aumentada a mayor escala desde 1972 cuando el eterno Inolvidable Tito Rodríguez – cuyo centenario también se celebró este año 2023 – no solo lo presenta como director y coestrella en su álbum “Algo Nuevo,” sino que le entrega las riendas de su propio sello TR Records como productor y encargado de artistas y repertorio (A&R). En estas circunstancias surge el álbum “The Legend” donde Puente y una renovada orquesta de concierto reunida nuevamente con Santitos Colón paren éxitos como La Leyenda, Amor En Serio – este último compuesto por el entonces cantante de la orquesta Junior Toledo, quien recién dejaba el puesto para unirse en Puerto Rico al maestro Willie Rosario – y una nueva versión del clásico Sepárala. Este álbum le mereció al maestro Puente su primera nominación propia a los premios Grammy. [Ese año, sin embargo, el ganador lo fue un antiguo miembro de su orquesta, el hoy inmortal Mongo Santamaría. Los otros nominados ese año lo fueron Ray Barretto en su debut con Atlantic Records y su fastuoso doble álbum en vivo “Tomorrow: Barretto Live,” y dos fuertes candidatos del entonces flamante sello Coco de Harvey Averne: “Muy Amigos” de Danny Rivera & Eydie Gorme (¿se acuerdan de Para Decir Adiós?), y el excelentísimo “Fireworks” de Machito y sus nuevos Afrocubans con Lalo Rodríguez. Puente, en cierta forma, tuvo dos nominaciones ese año, toda vez que participó en ese álbum doble de Barretto.] El Rey volvía por lo suyo y esto era solo el arranque… o rearranque…
Ese mismo año ’77 y como parte de los masivos planes de expansión y reanudación en masa, el otro proyecto prioritario de Tico lo era el regresar a las primeras planas a la no menos legendaria La Lupe, cuyo propio y largo silencio discográfico de 3 años – no grababa desde el álbum “Un Encuentro Con La Lupe” del ’74 y de la mano de Tite Curet Alonso – fue tiempo más que suficiente para elevar a su rival Celia Cruz como la principal figura femenina por excelencia y desde entonces la nueva Reina Indiscutible. Sin escatimar en gastos, con el propio Ramírez y Fabian Ross a bordo como coproductores, la tan legendaria como controvertida Lolita De La Colina escribiendo expresamente para ella y un señor trabuco de estudio que incluía entre otros a maestros de la talla de Sonny Bravo, Héctor “Bomberito” Zarzuela, Nicky Marrero, Johnny “Dandy” Rodríguez, Gerry Madera, Tito Allen, Néstor Sánchez y Rubén Blades a bordo surge el exitoso álbum “Única En su Clase/One Of a Class.” Con tanto Puente y la Lupe reanudando su popularidad con estos dos álbumes la movida obvia al año siguiente lo sería, pues, reunir a esta exitosa pareja de mediados de los 60’s para un nuevo álbum de estudio. Surge entonces en 1978 y también bajo supervisión y dirección de Puente y Ramírez el álbum “La Pareja.” Sin embargo, este ultimo disco, aunque tuvo relativo éxito con la puesta en clave de la balada Como Un Gorrión – ¿todavía se creen que lo de reversionar baladas en salsa comenzó en los 80’s con Noche Caliente y ese otro pianista miamense que se canta “creador” de dicha fiebre? – no fue ese masivo éxito en ventas que se esperaba. Y esto mayormente por la próxima producción grande de Puente que se gesta también ese año ’78, la cual la opacó en grande.
Homenaje al Beny I.
Esa otra gran producción del Rey Contento – ahora de nuevo lo era y lo estaba – lucía en el papel tan osada como controversial: un más que merecido tributo musical al Mejor en cuanto a música cubana se refiere: el inmortal Beny Moré. Osada porque su repertorio siempre ha sido un soberano reto, tanto a nivel vocal como de arreglos. Y controversial porque se trataba de un artista que decidió quedarse en suelo cubano tras el cambio de mando e ideología de la hermana isla en 1959, hecho suficiente para desatar la ira potencial de más de un exiliado cubano en tiempos de fricción letal a ambos extremos de Cayo Hueso. Claro, a varios años de la muerte del eterno Bárbaro del Ritmo ya eran varios los artistas que previamente le habían rendido homenaje, como La Lupe, Ismael Miranda y Pete “El Conde” Rodríguez – inclusive, tan temprano como en 1965 el eterno Inolvidable versionaba su Dónde Estabas Tú – e inclusive el propio Puente le producía tres álbumes a su viuda Noraida Hernández con su propia orquesta respaldándola. Pero en esta ocasión y por primera vez se trataba de un álbum completo honrando el legado del Beny. Afortunadamente en este caso, lejos de la nube negra que arropó a otros proyectos como el histórico álbum que la Típica’73 grabaría en suelo cubano en noviembre de ese año, la tensión política no tocó en lo absoluto ni mucho menos empañó esta gestión; al contrario, si en algo sí están de acuerdo los cubanos a ambos extremos de Cayo Hueso lo es precisamente que el Beny sigue y seguirá siendo El Mejor de Todos en cuanto a música cubana se refiere y digno de cualquier homenaje. Así que el proyecto en todo caso venia bendecido por ambos bandos en controversia.
Así las cosas, Puente y Ramírez no escatimaron en recursos para esta sesión, convocando a una piña de cantantes que entendieron y asumieron a cabalidad la importancia de este proyecto (los propios Celia y Santitos, Cheo Feliciano, Ismael Quintana, Adalberto Santiago, Junior González, Luigi Texidor, Héctor Casanova y el eterno Albino Divino Néstor Sánchez), una batería de arreglistas a prueba de balas (los propios Puente y Ramírez, Jorge Millet, Eddie Martínez, Marty Sheller, José Luis “Luisito” Cruz y el una vez conguero y arreglista de la orquesta Frankie Colón) y un señor elenco que juntaba tanto a miembros de la orquesta de Puente – el infaltable Jimmy Frisaura, Bobby Porcelli, Ed Palermo, Mitch Frohman, Paulo De Paula, Manuel Santos y el maestro José Madera Jr. – así como a jóvenes y veteranos que ya desde principios de los 70’s se repartían la mayoría de las grabaciones de Fania y sus subsidiarias – José Raúl “Joe” Santiago, Luis “Perico” Ortiz, Leopoldo Pineda, Sam Burtis y los propios Marrero, Dandy, Bravo, Blades, Allen y Adalberto. Esta histórica grabación resultó un masivo éxito en ventas y le mereció a Puente su primer y harto merecido premio Grammy en la categoría latina (los otros nominados ese año lo fueron Larry Harlow y su “Raza Latina,” Eddie Palmieri y su “Lucumí, Macumba, Voodooo,” Mongo Santamaría – quien ganó el año anterior con “Dawn” y competía aquí con “A La Carte” – y la Fania All-Stars con su tercera propuesta crossover “Spanish Fever,” así como Laurindo Almeida y su trío sacando la cara por Brasil). De nuevo, el Rey volvía por lo suyo.
Homenaje al Beny II.
Con Puente de nuevo en la cima de la popularidad en 1979 tras alzarse con el Grammy en febrero de ese año, la movida obvia de Masucci para con Puente lo era, pues, repetir la hazaña con un segundo volumen en tributo a Moré. Claro, en una típica movida astuta y estratégica del presidente del sello, en esta ocasión aparte de repetir a la mayoría de los que participaron en el álbum original la invitación se haría extensiva a prácticamente todo el elenco de cantantes en rotación de la Fania All-Stars – de nuevo, una obvia y astuta movida de promoción a nivel corporativo. Así pues, con la particular excepción del Albino Divino y de Blades, aquí repiten todos los cantantes del primer volumen: Celia, Santitos, Cheo, Luigi, Adalberto, Junior, Quintana, Casanova y ahora Tito Allen en propiedad (solo hizo coros en el primer volumen, al igual que Blades), ahora extendiendo el elenco con los otros tres originales del All-Stars del ’68 en el Red Garter: Miranda, El Conde y Héctor Lavoe. El elenco de músicos sería básicamente el mismo, pero ahora con el inigualable y siempre confiable Mike Collazo como el timbalero adicional en lugar de Marrero (Collazo en ese entonces aún era miembro de la orquesta de concierto de Puente, pero como baterista) y el igualmente legendario Louie Bauzó como percusionista adicional. El dream team – equipo de ensueño, en buen boricua – de arreglistas incluía esta vez a Puente, Ramírez, Sheller, Luisito, Colón, el propio Madera Jr., Héctor Garrido y Jorge Calandrelli y, por mérito propio, también se suma al proyecto el entonces cantante regular de Puente, el aguerrido y sui generis Frankie Figueroa cantando el tema de introducción y, aunque no se le acredita por esto último, también apoyando en los coros a Adalberto, Allen y el propio Puente en al menos tres de los trece temas de esta sesión. El ambiente en esta sesión quizá no sería tan formal o incluso tan sobrio como el del álbum original, pero la calidad definitivamente sigue estando ahí.
A pesar de la calidad artística de este segundo volumen, este pasó bieeeen por debajo del radar de la todopoderosa NARAS, tanto así que ni siquiera recibió nominación alguna al Grammy. La próxima nominación al Grammy de Puente no vendría sino hasta el año siguiente con la grabación “Dancemania 80’s” de 1980 con Figueroa al mando vocal, pero perdiendo esta vez ante otro legendario colega que también hacía su propio comeback al ruedo: el inmortal Cal Tjader. (Si se preguntan quién se alzó con el Grammy en 1979, el año en que la película Saturday Night Fever y su banda sonora y artistas como Donna Summer y Billy Joel dominaban la oferta, el Irakere de Cuba se alzó en grande derrotando ese año a Airto Moreira, el cuarto álbum juntos de Celia y Pacheco y a la mismísima Fania All-Stars de nuevo en su tercera y última nominación.) Entrada ya la década de los 80’s y con Fania Records ahora entrando en crisis ante la decisiva baja en ventas y la autodestrucción por asfixia de ese masivo boom discográfico que iniciaron cuatro años antes, también serian víctimas de esta crisis todos los artistas bajo contrato con el sello y sus subsidiarias – o al menos aquellos cuyos nombres no eran Willie Colón ni Rubén Blades, entonces máximos vendedores y como tal máxima prioridad de la empresa. Puente, pues, no escapó de esta masacre, y sus posteriores discos – el ya mencionado y nominado al Grammy “Dancemania 80’s” de 1980 y el “Ce Magnifique” de 1981 en junte con el hoy también inmortal Camilo Azuquita – pasarían por debajo del radar de la radio comercial sin recibir la promoción que merecían (en el caso específico de Puerto Rico, por ejemplo, si bien el tema Le Robaron Los Timbales tuvo su buen tiempo en rotación, el álbum con Azuquita – y que según éste y el propio Puente debió haber sido un batazo en ventas si le hubiesen dado el mismo cariño que al “Canciones Del Solar De Los Aburridos” – pasó desapercibido…). Con esta sesión Puente culminaría su histórica corrida por el sello Tico que él mismo ayudó a construir a finales de los 40’s y su paso por Fania y su maquinaria. O al menos eso él creía…
Homenaje al Beny III.
Corre el año 1985 y Puente, entonces ya encumbrado como artista del sello Concord y recién alzándose con su tercer Grammy por el álbum “Mambo Diablo” (más de esta etapa en nuestro próximo capitulo), recibe la no muy grata llamada de Víctor Gallo, contable del ya venido a menos Fania Records, ahora operando bajo el nombre Música Latina Internacional, y quien le reclama que aún le falta un último álbum para completar su contrato con ellos. Es en estas otras circunstancias que su ahora Latin Ensemble (de nuevo, más de esto en el próximo capítulo) reforzado con músicos de estudio y de nuevo bajo la supervisión de Louie Ramírez regresan para parir el álbum “Homenaje A Beny Moré, Vol. 3,” esta vez compartiendo el protagonismo y crédito principal con la propia Celia Cruz.
Un Puente en abierto desgano, pero no por eso descuidando calidad, prácticamente le delega este proyecto – el cual hizo más bien como favor personal a su entrañable amiga Celia, entonces aún bajo contrato con Fania – al propio Ramírez y a José Madera Jr. como directores. Estos dos también colaboran como arreglistas en esta sesión al igual que el propio Puente, entre otra escasísima información disponible de este álbum, la mayor parte de esta suplida por el propio Madera en entrevista con el colega, hermano y compañero de labores Auro Perez Jr. El núcleo de cantantes en este otro proyecto se reduce drásticamente también: a la propia Celia como principal y cantando el grueso de este nuevo repertorio se suman en esta ocasión El Conde y Lavoe – entonces aún bajo contrato con Fania – junto a Casanova, Adalberto y uno que en su momento pasó de ser prioridad máxima a non grato de Fania en cuestión de meses: el inmenso Justo Betancourt en su regreso al sello. Ramírez a su vez traería al ruedo a su usual trio de coristas de estudio en ese entonces: Adalberto, el inigualable Yayo El Indio y su entonces socio Ray De La Paz. Puente apenas se siente en este álbum, limitándose a sus solos de paila y vibráfono y dejando que Celia y sus cantantes invitados sean el foco de atención, la mayoría de estos cantando a dúo con ésta con excepción de Lavoe y Betancourt. Desde luego, con Fania en cuarto menguante en este periodo, este álbum apenas se escuchó en la radio, mayormente cuando esta sale a destiempo en tiempos en que la salsa romántica y la variante erótica que implantaba TH Records con artistas como Frankie Ruiz y Eddie Santiago era la moda que imperaba. (Para colmo de males, el que debió ser el principal sencillo en promoción lo era un tema que ya una década antes hiciera famoso El Gran Combo – el homenaje a Colombia Pachito Eché. Afortunadamente, la imponente versión de Justo del Tú Solo Tú salvó del anonimato absoluto a este disco.)
Entre otras anécdotas que el propio Madera aportó a la discusión de este álbum figuran el hecho de que el tema que canta Lavoe – Tumba Tumbador en arreglo del propio Madera – estaba originalmente supuesto a ser cantado a dúo con Celia, pero ésta no se presentó ese día, por lo cual con todo y el cambio de tono en el arreglo para acomodar ambas voces, este terminó con Héctor como única voz solista. Por otro lado, el tema que terminó cantando Adalberto en solitario – A Bailar La Plena – originalmente lo grabaría el propio Betancourt. (Ambas versiones, la oficial y la toma original que grabó Justo, se pueden escuchar en esta serie de programas que Hablando En Clave® realizó en honor del centenario del Rey Contento.) En una nota no tan triste, este álbum consiguió ser nominado a los Grammy edición 1986. En un año donde ya la categoría latina se expandía a tres estatuillas – mexicana, pop latino y ahora latino tropical o tradicional – este álbum perdió ante el “Escenas” de Rubén Blades y 6 Del Solar. Los otros nominados lo fueron Willie Colón con su transicional “Especial No. 5” (relanzado como “Contrabando” para el mercado europeo), Willie Rosario con “Nueva Cosecha” y el “Afro Cuban Jazz” que el genial Jorge Dalto le produjera a Mario Bauzá y Graciela.
Esta historia continúa. Pendientes al próximo capítulo.
HABLANDO EN CLAVE – TP 100 V2 – BENY MORÉ TRILOGY
Escrito y Presentación: Tommy Muriel
Edición: Angelina Medina Quirroga
Sección Original de Herencia Rumbera Radio
Lima – Perú
Mayo 2023