(segundo capítulo de un ensayo especial en 3 partes por Tommy Muriel para Hablando
En Clave®)


Este pasado 20 de abril del corriente año 2023 se conmemoró lo que sería el cumpleaños número 100 de
Tito Puente (o lo que es lo mismo de manera oficial, se conmemoró el natalicio del eterno Rey Del Timbal y otrora Rey Absoluto de la música latina). Como prometido en este mismo espacio hace varios años atrás cuando cubríamos ese período oscuro en su carrera a inicios de la década de los 70’s, aquí la conclusión del recorrido por los últimos años de carrera y vida terrenal del rey contento.

 

Segunda parte: Concord Records (1983-1996).

 

1979: el Latin Percussion Jazz Ensemble.


Corría el año 1979 y como mencionado en el primer capítulo de esta saga Tito Puente de nuevo saboreaba el éxito masivo con el triunfo de su “Homenaje a Beny Moré, Vol. 1,” el cual le mereció al ahora de nuevo Rey Contento su primero de cinco premios Grammy. Con la estatuilla a bordo y una de nuevo creciente agenda con su orquesta de concierto veríamos otra vez a un Puente mucho más visible que a mediados de década. Por fin empezaban a quedar atrás esos años de agendas prácticamente vacías y episodios como el ahora tristemente célebre debut en Studio 54 intentando presentar su entonces nuevo repertorio – el lado anglo de su “Tito Puente & His Concert Orchestra” y su posterior propuesta crossover “Tito Unlimited”– ante una audiencia indiferente. [Irónico como esto suena, el público esa noche no vino a entrar en calor hasta que Puente desempolvó su antiguo repertorio clásico de mambos y complació finalmente a más de uno que le pedían “esa canción de Santana…” (sí, ese “Oye Como Va” que Puente compusiera a manera de relleno para su álbum “El Rey Bravo” basado en un tema original de Cachao y con dos anónimos Johnny Pacheco y Pupi Legarreta a bordo).] Como mencionado igualmente en el capítulo anterior, aquí comenzaba una agresiva gira de conciertos con Puente viajando con buena parte del conglomerado de cantantes que lo acompañaron en los primeros dos volúmenes en tributo a Beny Moré – y donde, a manera de controlar gastos, Puente y su lugarteniente y contratista Jimmy Frisaura viajaban con el mínimo de sus músicos regulares y optando por subcontratar a músicos locales en las diferentes paradas de esta gira.

Pero esto no era lo único que mantenía al Rey ocupado durante este año. Para este entones y fruto de una longeva relación de amistad y negocios con el lutier Martin Cohen, fundador y entonces aún dueño de la casa de instrumentos de percusión latina Latin Percussion (LP) en New Jersey, Puente también hacía una serie de talleres educativos para la comunidad hispana en el barrio neoyorquino. Cohen en ese entonces también se aventuraba como disquero abriendo su sello discográfico Latin Percussion Ventures (LPV), con el cual desarrolló varios álbumes de carácter didáctico junto a genios de la talla de José Mangual Sr. (“Buyú,” álbum donde Puente también participó como timbalero y compositor), su hijo José Mangual Jr., Carlos “Patato” Valdés y el entonces aún líder de la Típica’73, miembro entonces de la Fania All-Stars y antiguo miembro de la orquesta de Puente en los 60’s Johnny “Dandy” Rodríguez. Por iniciativa del propio Cohen – y en una inteligentísima idea que también ayudaría a promover su línea de instrumentos de percusión de la mano de tres de sus mejores exponentes – surge el álbum “Just Like Magic,” el debut discográfico de su Latin Percussion Jazz Ensemble (LPJE) con Puente y Patato como colíderes. El quinteto original lo completaban el propio Dandy – quien también haría las veces de productor y supervisor de esta sesión de estudio – junto al virtuoso pianista y arreglista Edy Martínez (el amo y señor del Fender Rhodes; nadie, absolutamente nadie domina ese piano eléctrico como él) y el recordado mago del bajo Sal Cuevas, con la participación especial en uno de los temas del inmortal Steve Berríos en la batería y el también miembro de la Típica’73 René López en la trompeta. Este elenco variaría constantemente a lo largo de sus cuatro años de duración, con Puente y Patato como únicas constantes en el elenco y las entradas y salidas de grandes como Alfredo De La Fe, Jorge Dalto, Andy González y Mike Viñas. Con este elenco reducido, Cohen y compañía viajaron a lo largo y ancho del continente europeo, incluso haciendo paradas en el lejano Japón.

Pero el manejo de quinteto/sexteto no fue nada fácil para Cohen. Todo lo contrario. Entre problemas serios de indisciplina, insubordinaciones y uno que otro susto serio, la corrida de Cohen como manejador artístico sumado a sus funciones como presidente de LP fueron demasiado para él en lo personal. El propio Cohen cuenta en su libro “Congahead” los dolores de cabeza que incluso los propios colíderes le daban – en el hoy laureado concierto en 1980 en Suiza como parte del Montreux Jazz Festival, por ejemplo, cuenta Cohen que tanto Tito como Patato subieron ebrios a tarima y que, gracias a un amotinado Sal Cuevas quien exigía un aumento en paga y decidió no hacer el viaje a Suiza, tuvo que llamar a último momento a Mike Viñas para hacer esa presentación. Y un susto mayor en el aeropuerto de Japón donde encontró a dos de sus músicos fumando marihuana en uno de los baños fue la gota que colmó la copa. Es en estas circunstancias que Cohen decide desligarse del manejo del quinteto y cediéndole el mismo al ya experimentadísimo Ralph Mercado, quien ya corría el manejo de Puente y su orquesta regular en ese entonces, así como la gran mayoría de los artistas de Fania Records.

Del LPJE al Tito Puente Latin Ensemble …. ¿un paso es?

Pero el cambio de manejador no supuso el fin de los problemas del entonces todavía Latin Percussion Jazz Ensemble. Mercado, consciente de que Tito Puente por sí solo tenía mucho más poder de convocatoria que el nombre original del quinteto/sexteto, ya comenzaba a mercadear varios de los futuros eventos del colectivo bajo el nombre Tito Puente Latin Ensemble. Desde luego, esto provocó la ira del otro colíder Patato Valdés, quien eventualmente dice sayonara y renuncia abruptamente al grupo, con su compatriota Francisco Aguabella cubriendo las últimas paradas de dicha gira de conciertos. Es en estas circunstancias que Tito Puente finalmente hace este grupo legítimamente suyo convencido de que era de mucho más provecho seguir viajando con un elenco reducido (y cobrar como si viajase con la orquesta completa sacando provecho de su nombre y fama). Entra a bordo Jimmy Frisaura como contratista y músico y la nomina se expande a apenas nueve músicos: al núcleo de Puente, Dalto, De La Fe, Dandy – ahora a tiempo completo tras la eventual disolución de la Típica’73 – y ahora el retorno a tiempo completo del Big Daddy Bobby Rodríguez en el bajo y el siempre irreverente Jerry González como el nuevo conguero se suman el propio Frisaura en el trombón de pistones y trompeta, Mario Rivera como solista principal en el saxofón y flauta y Edgardo Miranda en la guitarra eléctrica y cuatro puertorriqueño. Nace ahora de manera oficial Tito Puente & His Latin Ensemble, el cual desde este entonces y hasta el final abrupto de su carrera en mayo del 2000 sería ahora su núcleo de planta.

Con este grupo reducido la agenda de trabajo los seguiría paseando alrededor del mundo constantemente. Puente aún haría una que otra presentación al año con su orquesta grande, pero siguiendo el modus operandi que estrenó en la gira del ’79 ahora el Ensemble sería su equipo primario, reforzándolo con músicos adicionales cuando fuese necesaria la expansión a orquesta de concierto (mismo caso que veríamos incluso en la grabación del tercer y último tributo al Bárbaro en 1985). Desde luego, los festivales grandes de jazz a nivel global conformarían el grueso de la agenda, por lo que el repertorio del trabuco también vería un cambio gradual y natural, eventualmente la mayor parte de su nuevo repertorio basándose en adaptaciones a clave de mambo, bolero y cha-cha-chá de estándares del jazz tradicional y de vez en cuando uno que otro clásico de la escena pop. Y, por qué no, uno que otro tema escrito a la medida para destacar el virtuosismo del Rey del Timbal, retomando una vieja costumbre que ya era norma desde finales de los 50’s.

De Nueva York a Concord, California.

Y precisamente en estas circunstancias se acerca a Puente el recordado Carl Jefferson, el cerebro detrás de la serie de festivales Concerts By The Sea y Concord Summer Festival en California y ya desde 1974 fundador del sello especializado en jazz Concord Jazz Records. A inicios del año 1982 y con su disquera celebrando su 10mo aniversario, entran planes de expansión y funda la subsidiaria Concord Picante, especializada en jazz latino y la cual manejaba el igualmente legendario Cal Tjader (Tjader, cuyo primer premio Grammy en 1979 lo fue precisamente su álbum debut con Concord “La Onda Va Bien,” irónica y sorpresivamente fallecería en mayo de ese mismo año en medio de una gira por Filipinas). Convencido por ambos durante una presentación en California, Puente firma con Concord Picante entendiendo que ya su contrato con Fania y Tico Records había llegado a su fin en 1981 y, finalmente, Puente y el Ensemble entran a los estudios Soundmixers en Nueva York en julio del ’82 para grabar su álbum debut con la disquera. Surge así el álbum que enderezó y redefinió la carrera de Puente: el infaltable “On Broadway,” lanzado al año siguiente y ganador del segundo premio Grammy para el Rey. Siendo Concord un sello especializado en jazz, ahora por fin sería uso y costumbre ver en carátula los nombres de todos y cada uno de los músicos que formaban parte de las grabaciones, algo que Puente no acostumbraba a hacer durante su período con Tico y RCA por aquello de que “aquí la estrella soy yo” (mismo modo de operar de artistas como James Brown y Barry White, por mencionar solo dos en la escena pop, y del lado latino figuras como Johnny Pacheco).

 

Con el cambio de sello y el cambio en formato vendrían otros cambios a su vez. Por un lado, ya era más habitual ver al Ensemble en tarima sin uniformes y tocando más libremente. Por otro lado, en ocasiones habría conflictos de itinerario entre uno que otro de sus miembros, lo que dio paso a varios cambios importantes entrando el año 1984. Jorge Dalto, por un lado, ya empezaba a viajar y a hacer presentaciones e incluso grabaciones para el mercado japonés con su naciente Interamerican Band, con Patato y Nicky Marrero como cabecillas (ese año, por ejemplo, Dalto no hizo el viaje a Canadá para el festival de Montreal, recomendando como su reemplazo al virtuoso Michel Camilo, quien se disparó ese concierto con apenas un ensayo y leyendo a primera vista, mientras que para una presentación en el Concerts By The Sea viajó en su lugar quien eventualmente lo sustituiría, el inmenso Elio Osacar Jr., alias Sonny Bravo). Jerry González, por otro lado, organizaba formalmente su Fort Apache Band – nombrado así en rebelde y sarcástica referencia a esa infame película de igual nombre que no le hacía ningún honor al Bronx hispano y de mayoría boricua – con su agenda cada vez más confligiendo con la del Ensemble al punto que en medio de una acalorada discusión tanto Jerry como el guitarrista Miranda renunciaron a la organización de Puente. Alfredo De La Fe eventualmente también haría su salto como líder de orquesta y eventualmente a finales del ’83 quedándose a tiempo completo en Cali y adoptando la ciudadanía colombiana. A partir de 1984, pues, y por los próximos tres años, la nomina fija del Ensemble sería un octeto: Puente, Frisaura, Rivera, ambos Rodríguez, Ray González ahora sumándose a tiempo completo como trompetista (grabó también en “On Broadway,” entonces en préstamo de la orquesta de Ray Barretto) y, en sustitución de Jerry un antiguo amigo que conocía al dedillo el repertorio y quien fuese miembro de la orquesta de concierto durante los 70’s: el siempre confiable José Madera Jr. y, tras la grabación del álbum en vivo “El Rey” y ahora sustituyendo formalmente a Dalto el maestro Sonny Bravo. Desde este entonces y prácticamente por el resto de su corrida con Concord Picante, Puente y su Ensemble viajarían a California a grabar sus siguientes álbumes de estudio.

El álbum de 1985 “Mambo Diablo” consolidaría en definitiva el sonido y estilo del Latin Ensemble, combinando en su repertorio versiones latinizadas de estándares del jazz (aquí atacan a su manera el clásico de Paul Desmond “Take Five,” desde entonces uno de los mayores éxitos del colectivo, así como la
puesta en mambo por Madera de “Lullaby Of Birdland” con su compositor George Shearing a bordo como invitado en el piano) y adaptaciones a formato pequeño de antiguos éxitos del Puente de inicios de carrera como el tema que titula el álbum. Eventualmente también añadirían a la mezcla versiones a lo Puente de temas del cancionero contemporáneo cubano, comenzando con el tema original de Omar Hernández y su Afrocuba y que sirvió de título al próximo álbum del colectivo, “Sensación” de 1986. “Mambo Diablo” le merecería a Puente su tercer Grammy – en esta ocasión y por primera vez en una categoría latina de los Grammys, empatando en el primer puesto con el “Solito” de Eddie Palmieri, su penúltimo álbum para Fania. “Sensación,” por cierto, tuvo como invitado de lujo al legendario vibrafonista Terry Gibbs, quien le devuelve el favor a Puente invitándolo junto a todo su núcleo rítmico (Madera, Bravo y los dos Rodríguez) para formar parte de su álbum de ese año “The Latin Connection.”

Un último e importantísimo cambio en la formación del Ensemble en esta su primera etapa formal se da en 1987. Por un lado y ante la salida de Ray González entra a bordo uno de los más grandes – en todo el sentido de la palabra – que ha dado mi natal Puerto Rico y cuyo virtuosísimo solo es opacado por su humildad y don de gente: el maestro David “Piro” Rodríguez. (En confianza, busquen en YouTube ese famoso video del Ensemble en el Village Gate donde Piro le da una blanqueada en tarima a un encumbrado Arturo Sandoval… se lo van a gozar.) Por otro lado, la grabación de ese año, el excelentísimo “Un Poco Loco” sería a su vez la última sesión de Frisaura como músico, así como la primera donde Puente combinaba ambos formatos, resucitando a su orquesta de concierto para dos temas de este álbum: la puesta en bolero del estándar “Prelude To a Kiss” y una nueva versión del “Mambo Adonis” que estrenara en conjunto con Machito y sus Afrocubans en 1977 para el festival de jazz de Newport, ahora en tributo póstumo a su recién fenecido ex jefe y rebautizado “Machito Forever.” Para estos dos temas, por supuesto, la orquesta de concierto lo era literalmente el Latin Ensemble reforzado por varios músicos de San Francisco, entre ellos buena parte de la nómina de la entonces orquesta de otro antiguo amigo, el inmenso Pete Escovedo (el propio Pete aportando las congas en el bolero). Siguiendo con la tendencia que estrenara en “Sensación”, este otro álbum culmina con una ingeniosa versión del “Tritón” de Chucho Valdés, tema que grabase en su primer saque solista en suelo cubano al margen de su aun activo taller con Irakere. [Ese mismo año ’87, Puente también graba una sesión en vivo como invitado de Escovedo y su orquesta para el sello Verve, “Latina Familia,” lanzado dos años después.]

Si bien Jimmy Frisaura dejó de participar en grabaciones como músico en 1987 sí permaneció activo con el Ensemble en sus giras hasta el año 1990. Tras 4 décadas junto al Rey desde los tiempos del Picadilly, problemas de salud lo obligarían a retirarse de los escenarios por el resto de la década. Si bien a estas alturas el eterno poder detrás del trono ya no ejecutaba ni grababa solos con el grupo, su presencia en tarima difícilmente pasaba desapercibida. Amén de fungir como director musical en tarima, él era el que armaba la bulla desde la tarima como si fuera uno más entre el público – sí, él era quien con silbidos y gritos agitaba a la audiencia a aplaudir al Rey e incluso a sus compañeros en sus solos. Con Frisaura ahora concentrándose en exclusiva al manejo del Ensemble a nivel gerencial – contrataciones y paga de músicos, coordinación de itinerarios, etc. – comienzan los primeros cambios grandes en formato, especialmente en la sección de vientos. Ahora en sustitución de Jimmy el Ensemble no solo traía a bordo a un trombonista en propiedad – el primero en ocupar la silla lo fue el virtuoso Joey De Jesús en 1988 (año en el cual graba junto al Ensemble y el invitado Phil Woods el álbum “Salsa Meets Jazz”) antes de establecer residencia en Londres por varios años junto a Snowboy & The Latin Section y James Taylor – sino que ahora incorporaban un trompetista adicional en estudio acompañando a Piro – esta otra silla la ocuparon en estudio dos grandes de la escena de San Francisco, los maestros Bill Ortiz y Robbie Kwock. Ya en 1990, cuando Puente y compañía graban “Goza Mi Timbal,” la sección de vientos se expande a formato de combo: dos trompetas, un trombón y dos saxofones. Gradualmente, Puente estaba armando de nuevo su big band, pero vamos por partes.

Precisamente “Goza Mi Timbal” – ganador del cuarto Grammy para Puente – es el primer álbum para Concord donde el ya creciente grupo deja de promoverse como Latin Ensemble. Y durante este periodo en formato de combo fueron varios los cambios entre sesiones. El núcleo rítmico y al menos uno de los vientos seguían fijos en ese entonces: Puente, Madera, Bravo y cuatro Rodríguez – Bobby, Dandy, Piro y ahora el californiano José “Papo” Rodríguez (entonces bongosero de Poncho Sánchez) reforzando en el estudio. Y ya en este entonces era cada vez más común el que Puente fuera dejando de tocar todo el repertorio de estudio y limitándose mayormente a dirigir al trabuco y a sus solos de timbal y vibráfono o marimba, dejando que Madera sea quien grabase las partes de timbal, con Dandy pasando a la conga y Papo Rodríguez al bongó. [El afinque y estilo minimalista de Madera como acompañante en el timbal es fácil de identificar, así como esos abanicos cortos que se convirtieron en su sello de fábrica. El ingenioso y peculiar acompañamiento de Dandy en las congas también es de fácil identificación – el mismo que engalanó en los 70’s grabaciones de la mismísima Fania All-Stars y artistas como Justo Betancourt, Ismael Quintana, Cheo Feliciano y el propio Tito Puente.]

Mario Rivera se acoge a una breve sabática del grupo en 1990 al ser convocado por Dizzy Gillespie para formar parte integral de su United Nations Orchestra, entrando por él otro veterano de la organización del Rey en sus tiempos de orquesta de concierto: el veterano Mitch Frohman, éste acompañado por la también veterana de la escena californiana Mary Fettig, mientras que el trombón ahora lo ocupaba otro genio de la escena neoyorquina: el virtuoso Sam Burtis. La sesión subsiguiente se grabó en diciembre de ese mismo año, pero lanzada al año siguiente celebrando la develación de su estrella como parte del histórico paseo de la Fama en Hollywood. “Out Of This World” sería la primera sesión que Puente graba en Nueva York desde “On Broadway” y con su elenco regular – Papo Rodríguez y el saxo barítono Michael Turre serían los únicos músicos viajando desde San Francisco para esta sesión, ahora con el virtuoso Ángel “Papo” Vázquez en el trombón y la primera trompeta del maestro Charlie Sepúlveda, quien para este entonces hacía campaña en Nueva York junto al Tumbao de Pacheco y también con la mismísima Fania All-Stars. Para este entonces, 1990-’91, ya Jimmy Frisaura paulatinamente delegaba varios aspectos del manejo de la organización de Puente a Johnny “Dandy” Rodríguez, específicamente el manejo de la agenda, reservaciones de vuelos y hospedería y otros pormenores de sus giras alrededor del mundo. Por el resto de la década de los 90’s tanto Dandy como Madera serían ahora los colideres del trabuco: Dandy heredando las labores de Frisaura en lo corporativo y Madera el férreo director en control de todo lo que ocurría en tarima y responsable en el plano musical de que el Rey siempre luciera bien… incluso en esos días donde el Rey no necesariamente subía a tarima al 100% de sus facultades.

1991 sería un año crucial en la carrera de Puente. Paralelo a su corrida con Concord Picante, este también sería el año donde Puente hace su debut con el entonces flamante sello RMM de su manejador Ralph Mercado, presentando en plan grande a su sobrina (Tito la presentaba como “su prima”) Millie Puente, quien ya hacía su debut como corista en “Goza Mi Timbal” y cuyo álbum debut con RMM también fue nominado a un Grammy ese año ’90. Millie, quien también es percusionista y hoy día se dedica exclusivamente a la música sacra, también sería parte integral del primer álbum oficial del Rey con RMM, el álbum que la disquera promovió como su disco #100. De nuevo, y al igual que ocurrió a inicios de los 80’s, el Rey jugaba a doble cancha: grabando jazz latino con Concord y colaborando con el sello del rey del mamoncillo en ofertas de índole más comercial, aunque también grabó algo de jazz con éste y una subsidiaria que arma en sociedad con el recordado Jack Hooke. De esta última etapa del Rey y su última década de vida artística nos ocuparemos en el próximo capítulo, con el cual culminaremos esta trilogía.

Mientras tanto, sí diremos para concluir este segundo capítulo que Puente completa su corrida en Concord Picante con las siguientes cuatro producciones: “Mambo Of The Times” en 1992 y grabada de nuevo en Nueva York, “Royal T” (1993) y los excelentísimos “Master Timbalero” (1994) y “Special Delivery” (1996). En “Royal T,” con el trabuco de nuevo viajando a San Francisco para esta otra sesión la sección de vientos ahora tendría un segundo trombonista – el terror de los trombones de San Francisco, el boricua Arturo Velazco, quien ya había trabajado en vivo con el Rey en los 80’s, refuerza aquí mientras que en las trompetas acompaña a Piro Rodríguez otro extraterrestre: el recordado maestro y hermano Tony Luján. Por otro lado, en la sesión de 1994 – una de mis favoritas personales y, en palabras del propio Carl Jefferson como presidente de Concord, una de las mejores de Puente – ya prácticamente escuchamos de nuevo un big band con dos trompetas, dos trombones y tres saxofones a bordo. (Piro se bajaba del ajetreado tren de giras tras casi una década y entraba como sustituto el igualmente virtuoso Ray Vega, mientras el injustamente ignorado José “Ite” Jerez – una de las mejores primeras trompetas que ha visto este género – también se sumaba a bordo.) “Special Delivery,” su verdadero 100mo álbum y sesión con la cual el Rey Contento celebraba oficialmente sus Bodas de Oro como líder de orquesta, nos trae de nuevo el concepto de orquesta de concierto aumentado a aún mayor escala con tres importantísimos invitados a bordo: los iconos de la trompeta Maynard Ferguson y Bobby Shew y el inmortal Hilton Ruiz al piano; amén de, y expandiendo la sección rítmica, la inclusión de los maestros Louie Bauzó en el batá y el arma secreta de esta sesión Jimmy Delgado y su impresionante trabajo en el bongó (y timbales en el tema “Point East Memories” de Mitch Frohman).

Y como dijo en su ocasión el inmortal Mon Rivera: …y esto sigue.

HABLANDO EN CLAVE – TP 100 – CONCORD YEARS

Escrito y Presentación: Tommy Muriel

Edición: Angelina Medina Quiroga

Sección y Programa Original de Herencia Rumbera Radio

Lima – Perú

Junio 2023