(ensayo e investigación por Tommy Muriel para Hablando En Clave®)


A sus 86 años de edad al momento de escritas estas líneas, el eterno visionario – y desde ya inmortal – Harvey Averne tiene anécdotas e historia más que suficiente para escribir un libro autobiográfico. Y mientras esperamos que el hombre finalmente se anime a hacerlo, desde este humilde espacio hacemos un breve recorrido de su laureada historia como productor y dueño del legendario sello disquero Coco Records.

De la carrera de Harvey como músico – desde sus inicios como acordeonista y su debut como vibrafonista y líder de su conjunto alternando con grandes como Machito, Tito Puente y Tito Rodríguez hasta su Barrio Band en 1971 – ya nos encargamos hace años atrás como parte de la serie The Boogaloo Files. Sus comienzos como productor en sí se remontan a 1967 cuando se asocia a Jerry Masucci y Johnny Pacheco y a su entonces naciente sello Fania. Es aquí donde Averne aprendió en la marcha la nada fácil tarea de manejar artistas y manejar un sello disquero como tal. Hubiese seguido con Fania – donde hizo muy buenos amigos que aún le siguen cercanos al sol de hoy – pero una mala jugada de Masucci tras años de buena fe cambió el curso de esa historia – como mencionado en su semblanza en The Boogaloo Files, Masucci no lo dejó muy bien parado tras asumir como crédito suyo una iniciativa del propio Harvey que logró que una de sus más prometedoras estrellas a finales de los 60’s, Ralfi Pagán, lograse un acuerdo de distribución con el sello Wand y exposición nacional en el afamado programa televisivo Soul Train. Así las cosas, a finales de 1970 y tras dos álbumes para Fania con su Harvey Averne Dozen el judío le dijo sayonara al sello y acepta una oferta de United Artists para manejar su división hispana UA Latino, donde en palabras del propio Averne fue que realmente aprendió a dirigir una disquera. Pero el éxito arrollador de Santana lo motivó a una última aventura como músico: precisamente ese Barrio Band – su versión del Brown Sound, pero a la neoyorquina – que se convirtió en su primera experiencia como dueño de su propia disquera y que originalmente bautizó con el nombre de ese primer álbum, “Heavy Duty.” (Hay quien menciona que ese álbum fue, comillas de rigor, el primer proyecto crossover de la Fania All-Stars, esto por la presencia aquí de figuras como Willie Colón, Ismael Miranda, Héctor Lavoe, Ismael Quintana, Lew Soloff, Nicky Marrero y el una vez miembro de su conjunto en los 50’s Larry Harlow.)

En 1972, sin embargo, Averne finalmente oficializa su retiro como músico activo concentrándose en su propia agencia de manejo de artistas – Harvey Averne Management, o HAM, sus siglas – y rebautizando su sello disquero como Mango Records. Y comienza a reclutar a bandas jóvenes de la era que aún no tenían contrato discográfico, como Nelson Feliciano y su Orquesta, Orquesta Dee Jay, Paul Ortiz & Orchestra Son,* Raffy Díaz y su Orquesta y un niño prodigio que venía apadrinado por genios como Chivirico Dávila, Kito Vélez y Papo Lucca: el fugaz Miguel Ángel Sánchez González, alias Miguelito. Pero, y como mencionado en otro programa anterior, el verdadero tiro de gracia viene cuando Morris Levy, tras un fallido intento con Masucci y Fania le propone a Harvey comprar el contrato de un renuente Eddie Palmieri, quien ya desde “Vamonos Pa’l Monte” y “Harlem River Drive” se rehusaba a seguir grabando para Tico Records. Con las negociaciones de rigor – Masucci reembolsaría el adelanto que le pagó a Palmieri para grabar con Fania y Levy agarraría para sí las ganancias de las primeras copias de este nuevo álbum – surge el debut de Palmieri para Mango, el antológico “Sentido”, publicado con fecha de 1973. Precisamente en 1973 y tras descubrir que la multinacional Island Records ya había registrado el nombre Mango con anterioridad, Averne finalmente cambia de sabor su disquera, rebautizándola formalmente como COCO RECORDS. Con Eddie ahora como artista principal a bordo, y junto con éste la eventual firma de su inmortal hermano Charlie Palmieri, tanto Coco como Averne estaban destinados a mucha mayor fortuna.

Y la fortuna llegó tan temprano como en 1974. Con Eddie perdiendo los servicios del ahora artista exclusivo de Fania Ismael Quintana, el hoy también inmortal René Hernández y el eterno bravo Justo Betancourt le recomiendan a otro niño prodigio de 16 años que apodaban Lolo, el hoy también inmortal Ubaldo “Lalo” Rodríguez. Con este cambio y con una batería de virtuosos a bordo Eddie graba una de sus principales joyas de su discografía: el antológico “The Sun Of Latin Music,” primer álbum latino en ganar un Grammy. Pero este momento sublime de triunfo vendría acompañado de una primera crisis: Eddie Palmieri ahora envalentonado con el Grammy exigió mayor paga y comenzaron roces creativos entre éste y Averne a la hora de grabar la próxima sesión, la cual el ahora bautizado Sol De La Música Latina dejó inconclusa. Aún al sol de hoy Harvey prefiere no hablar de ese episodio, pero acá resumiremos el asunto en palabras breves y con la mayor diplomacia. Con miras a culminar el proyecto a como diese lugar y a tiempo para competir por los Grammy al año siguiente, Averne recurre a su escuadrón del pánico – esa batería de grandes ligas conformada por Nicky Marrero, Ronnie Cuber, Barry Rogers, Víctor Paz, Edy Martínez y los legendarios Ron Carter y Steve Gadd – para completar el proyecto, surgiendo así el apropiadamente – y controversialmente – titulado “Unfinished Masterpiece,” u Obra Maestra Inconclusa en buen castellano. El álbum en efecto ganó el segundo Grammy tanto para Averne y Coco como para Eddie en 1975, aunque éste último nunca reconoció este otro disco y optó por no seguir grabando para la disquera, un silencio que duró 3 años adicionales.

Eso sí, otra mucho más positiva consecuencia de estos dos Grammys lo fue la expansión de Coco como sello disquero, ahora añadiendo al catálogo a leyendas de la talla de José Fajardo y Rafael Cortijo. El primero, quien entonces aún mantenía su sede en Miami y donde no estaba muy contento que digamos, grabó cuatro álbumes para la disquera: “Fajardo y Sus Estrellas del ’75,” “Charanga Roots,” “El Talento Total” y “Selecciones Clásicas,” éste último coproducido por el primer artista a quien Averne le produjo en Fania, el igualmente inmortal Ray Barretto. Cortijo entró unos años antes – 1973 para ser específicos – con el antológico e incomprendido en su momento “Cortijo & His Time Machine,” seguido de una de las joyas máximas del sello: el irrepetible junte del Combo original con su cantante estrella Ismael Rivera, un concierto que debió ser grabado en vivo en el Coliseo Roberto Clemente, pero por errores de logística no se logró** y finalmente meses después Averne logró repetir en el estudio para el histórico “Juntos Otra Vez.” Luego de esto Cortijo, ahora con su Nuevo Combo con Fe Cortijo y Che Delgado a bordo, grabaría dos álbumes adicionales en NY para el sello; “Champions” y “Caballo de Hierro” con el apoyo de instituciones como el propio Paz como coproductor, Cuber, Mario Bauzá y Tito Puente. Paralelo a la firma de estos dos gigantes, Coco también se expande con una subsidiaria de corta duración de nombre Grafitti Records, ésta especializándose en la balada y teniendo como punta de lanza a la recordada Eydie Gormé, al eternamente virtuoso Danny Rivera – su joya máxima con el grupo Alborada y titulada “Danny Rivera & Alborada” salió bajo este otro sello – al igualmente inmenso Alberto Carrión y dos que vendrían a consagrarse en la siguiente década: Wilkins y Yolandita Monge. Igualmente, y en una extraña continuidad al Barrio Band de 1971, Coco firma y graba al grupo de rock latino Toro, comandado por el exmiembro del Barrio Band y de los Cachimbos de Maelo Steve Monge-Naopleoni y cuya sesión para el sello contó con el apoyo de grandes como Frankie Malabé, Paul Alicea y el mismísimo Larry Harlow en los teclados y como coproductor.

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El otro gran acto en sumarse a las filas de la disquera en 1975 – y los que, tras la salida de Eddie Palmieri serían los principales del sello desde entonces – lo fue la siempre inmensa Orquesta Broadway de los hermanos Rudy y Eddy Zervigón, quienes entonces aún contaban con el siempre estelar Felo Barrio a bordo como cantante y recién incorporaban la trompeta del inmenso Roberto Reimundo Rodríguez. Estos – la primera charanga en integrar formalmente el formato de conjunto típico con un timbalero doblando al bongó y campana de mano – grabarían cuatro álbumes para el sello, cerrando apropiadamente la época de oro de Coco como sello disquero: “Salvaje” (1975), el consagratorio “Pasaporte” (’76 y producido por Barry Rogers; este es el álbum con el himno “Isla Del Encanto” a bordo), “New York City Salsa” (’78) y “Paraíso” (’81).

A partir de 1976 otras dos importantísimas adiciones mantendrían a flote a Coco como sello disquero. De un lado estaba el propio Mario Bauzá, quien tras una acalorada discusión abandona a Machito y sus Afrocubans ese año llevándose consigo a la igualmente inmortal Graciela Pérez. Éstos firman con Coco y lanzan el álbum “Graciela & Mario: La Botánica,” donde, aunque en formato más pequeño en tamaño, le daban continuidad a ese sonido clásico que definió a la ahora disuelta dupla de Machito y Graciela, ahora con el veterano Marcelino Morales – sí, el exvocalista original de Bobby Valentín – como voz principal alterna. Por el otro lado estaba el mismísimo Frank “Machito” Grillo, quien ahora con su hijo Mario Grillo como nuevo director musical se acera a Averne buscando su firma y buscando que le produjera un proyecto similar a los que hizo con Palmieri y que lo pusiera de vuelta en primera plana. Con Harvey poniendo de nuevo a su propio escuadrón del pánico a disposición de los Grillo – Rogers, Paz, Soloff, Marrero y ahora también a bordo entre otros los también legendarios Charlie Palmieri, Jorge Millet, Bobby Porcelli, Andy González, Elías Lopés, Mario Rivera y Johnny “Dandy” Rodríguez y un Lalo Rodríguez*** que aún estaba bajo contrato con el sello – surge el antológico “Fireworks,” el cual desde luego fue nominado al Grammy (ese año perdió ante el “Dawn” de Mongo Santamaría, primer premio para éste y para Fania Records tras varias nominaciones anteriores). También en ese año ’76 y en una auténtica rareza buscando competir directamente con Fania, Averne desempolva una grabación que estuvo engavetada desde 1967: lo que debió ser el 5to álbum de los Alegre All-Stars – ahora desterrados tras Al Santiago vender Alegre Records y rebautizados Cesta All-Stars**** en asociación con Joe Quijano y su sello Cesta – la cual lanza en dos volúmenes bajo el título “Salsa Festival.” Para este entonces ya el propio Quijano se asociaba a Coco, distribuyendo su álbum “Ahora” de 1975 con Averne y compañía.

Una última expansión vendría en 1977, con Coco – ahora aprovechando las enormes ventas de la Broadway – trayendo a bordo varios otros actos. De Nueva York vendrían la Orquesta Cimarrón – ahora apadrinada por Víctor Paz como productor y aún con el señor vozarrón de Rafael De Jesús a bordo – y la Orquesta La Controversia – esta apadrinada a su vez por Harlow como productor, quien tras culminado su contrato con Fania graba precisamente con Coco en 1981 – así como la ya legendaria Típica Ideal del pianista Gil Suárez – estos bajo la producción del gran maestro Luis “Perico” Ortiz – y un antiguo conocido y frecuente colaborador de Averne: el también artista gráfico Chico Álvarez. Mientras, desde Puerto Rico se sumaban a bordo Mickey Cora, la legendaria Corporación Latina y la cubanísima – aunque nacida en Perú y vía Borinquen RecordsLissette Álvarez. Igualmente, y en una última expansión, Coco abre una nueva subsidiaria de nombre Zafiro Records, donde reimprime para el mercado de este lado del Atlántico álbumes de artistas como Mocedades, Trini López, Juan Bau, Massiel, Sergio & Estibaliz y Paco Martin.

Pero, inevitablemente, Coco también vio su ocaso justo en el primer lustro de los 80’s. La inercia que ya arropaba a las grandes disqueras de Nueva York también le tocó a Averne y compañía. En el caso específico de Harvey con el agravante de delegar el manejo de su disquera a la gente equivocada. Con la empresa Audiofidelity ahora a cargo del manejo y distribución del catálogo, Coco se viene abajo tras perder a todo su elenco de artistas, viviendo discretamente – como veríamos una década después con el mismísimo Fania – de las ventas de infinidad de compilaciones de su una vez boyante catálogo. Esto y reediciones de material de los 50’s y 60’s: en específico una antigua grabación de René Hernández como líder (“Percussive Latino Cha-Cha-Chá,” de 1960), ahora extrañamente acreditada a Johnny Pacheco y titulada “Early Rhythms;” un igualmente no tan conocido álbum por Antonio Diaz Mena rescatado por Chico Álvarez – “Chocolate’s Afrocuban Magic” – y un set en vivo de Eddie Palmieri y su Perfecta original. Un desanimado Averne prácticamente se quitó de la música durante ese tiempo, al punto que le delegó al naciente sello Sire a un futuro mito que él mismo descubrió y que hoy día todos conocemos como Madonna

Hoy día, no obstante, Averne vive felizmente retirado y con la satisfacción de haber logrado lo que quiso en la música y seguir viviendo plácidamente de ella. Sigue reuniéndose de cuando en vez con sus múltiples amigos que la música le dio y sigue aun activo en redes sociales y colaborando en uno que otro proyecto de relanzamientos del catálogo de Fania – personalmente, es aquí donde lo vine a conocer cuando yo también escribía y traducía notas discográficas para la empresa entre 2006 y 2010. Como dijo el propio Averne en entrevista reciente para el New York Times, “estoy relajado y tranquilo…pero si llegara el proyecto musical adecuado e interesante para mí, lo haría sin dudarlo.” Y de eso él sí que sabe.

Oremos, pues.

harvey averne


Notas al calce:

* Estos primeros tres álbumes bajo el todavía Mango Records a cargo de Nelson Feliciano, Orchestra Dee Jay y Paul Ortiz (números de catalogo 100 al 102 respectivamente), salieron originalmente bajo la marca LewGas, sello de cortísima duración que lanza Ralph Lew, otrora mano derecha de George Goldner bajo Tico y productor estrella de Cotique en los 60’s. Todos estos álbumes eventualmente, al igual que el subsiguiente debut de Eddie Palmieri (103), fueron relanzados bajo la marca Coco.

** El grabar en vivo este histórico concierto de junio 25 de 1974 que reunió por última vez a Rafael Cortijo, Ismael Rivera y su Combo Original – Roberto Roena, Rafael Ithier, Mario Cora, Héctor Santos, Kito Vélez, Mikie Cruz, Martín Quiñones, Sammy Ayala, Eddie “La Bala” Pérez y Roy Rosario – siempre fue la idea desde el arranque. Pero al parecer la gerencia del Coliseo no fue informada de los planes y el día del evento prohibió la grabación de este. De ahí entonces el plan b: juntarlos de nuevo, pero en los estudios Broadway Recording en Nueva York en agosto de ese mismo año aprovechando que El Gran Combo – donde aún militaban su líder Ithier, Pérez, Cruz, Quiñones y el corista invitado Andy Montañez – andaba de gira por aquellos lares al igual que Roena y su Apollo Sound y Rivera con sus Cachimbos.

*** Si se preguntan por qué Lalo no pudo seguir grabando con Tommy Olivencia tras grabar con él en 1976, con su contratación por parte de Eddie Palmieri también terminó firmando contrato de exclusividad con Coco. Así las cosas, con el tranque que propició que Eddie se negara a seguir grabando con Coco, Lalo fue víctima indirecta de esta guerra al verse imposibilitado de seguir su carrera mientras su contrato siguiese vigente, un silencio discográfico que, más allá de sus apariciones con la Puerto Rico All-Stars, no culminaría sino hasta 1981.

 

**** La demora en lanzar esta sesión de 1967 respondió a que, desde luego, la prioridad principal de Joe Quijano para con su sello Cesta lo eran sus propias producciones como solista y con su Conjunto Cachana. Eso sí, y de nuevo buscando competir directamente con la Fania All-Stars, a estos dos volúmenes se le añadieron aplausos y efectos simulando que este set de los temporeramente Cesta All-Stars se había grabado en concierto, lo que no fue del agrado de Quijano. El arte de portada original que realizara Izzy Sanabria para esta sesión del ’67 también se alteraría reflejando los cambios físicos de algunos de sus integrantes – un Charlie Palmieri ahora con barba y a Cheo Feliciano sin el bigote que utilizaba en sus tiempos con Joe Cuba, por ejemplo. Años después el propio Quijano relanzaría bajo Cesta parte del material de esta sesión en un nuevo CD con su carátula original y sin las alteraciones en el estudio.

 [Nota final: El catálogo de Coco Records, ya prácticamente sepultado a finales de los 80’s, agarraría un segundo aire en la década de los 90’s cuando el entonces flamante sello Musical Productions (MP) de Tony Moreno y Gunda Merced adquiere los derechos y relanza al mercado en formato de CD varios de sus títulos más conocidos (aunque, lamentablemente, alterando malamente las caratulas y contenido de varios de estos). Afortunadamente, eso sí, el sello japonés Bomba Records se dio a la tarea de relanzar en CD varios de estos álbumes respetando el sonido original e incluso replicando sus carátulas originales (estos aún al sol de hoy se consiguen en internet, aunque el precio podría ser un disuasivo para más de uno). En Inglaterra buena parte del catálogo está disponible bajo licencia del sello inglés Charly Records (el enlace aquí.)]

Coco Records: Antología (1971-1982)

Escrito y Presentación: Tommy Muriel

Edición: Angelina Medina Quiroga

Sección y Programa Original de Herencia Rumbera Radio

Lima – Perú

Julio 2023