The Boogaloo Files, Vol. 2: Ensayo por Tommy Muriel para Hablando En Clave. ®
[Nota del editor: este ensayo original se concibió en el 2010 como las notas discográficas de un propuesto doble álbum en la serie A Man And His Music que Fania Records (bajo administración de EMúsica) mantuvo vigente desde el 2006. Con el cambio de mando (Código adquiere el catalogo de Fania ese año 2010) se descontinúa dicha serie y, desde luego, dicho álbum doble nunca salió al mercado. Con los debidos y necesarios ajustes, este escrito se usó como libreto del programa que salió al aire el pasado miércoles 17 de febrero de 2021.]
Los Durísimos. Los Mamitos. Los Diferentes. De estas y muchas maneras más se han referido a este legendario dúo a lo largo de sus 57 años de historia (al momento de escribirse estas líneas). Pero si les preguntan tanto a Richard “Richie” Maldonado Morales – nacido un 15 de febrero de 1945 – como a Robert “Bobby” Cruz Feliciano, si bien disfrutan el merecidísimo prestigio que han mantenido por casi cinco décadas de carrera, disfrutan hoy día mucho más el ser llamados simplemente Siervos de Dios.
La hermandad, personal y musical, entre Maldonado y Cruz viene desde 1955 cuando ambos coinciden en grupos pequeños – incluso uno que comandaba el propio Robert, entonces guitarrista y corista. Inclusive, el recordado empresario Carmelo Fonseca vio el potencial en esta joven banda – entonces llamada simplemente Bobby Cruz y Su Conjunto – y grabó varios sencillos en formato de 45rpm para su sello Fonseca Records donde ya desde sus modestos comienzos ponían en manifiesto su tendencia a romper con lo establecido y buscar nuevas vías musicalmente. Baste con escuchar el inicio del tema “Sangre,” donde el propio Bobby estrenaba su voz de grillo como él mismo jocosamente se describe, para notar como desde ya se notaba esa irreverencia musical: primero un bongó intruso dentro de un formato de charanga tradicional y luego a mitad de tema saltando de la pachanga al nuevo mozambique que a fin de cuentas es la base lirica y musical de dicho tema. Eso sí, Bobby aun no era cantante solista; el conjunto tenía su cantante de planta en la figura de don Máximo Toro. [Nota: estos sencillos, junto a material adicional que grabaron para Fonseca y que no se utilizó, se recopilaron en una producción independiente lanzada en 1967 bajo el título de “Bobby Cruz Sings For Lovers And Swingers,” la cual reeditan también los sellos Seeco, Borinquen (en Puerto Rico) y Fuentes (en Colombia), eventualmente relanzada por Seeco tres décadas después bajo el título de “Mambo Tata.”]
Pero la leyenda de Richie y Bobby despega en 1963. Tras una obligada sabática de dos años para cumplir con el servicio militar compulsorio, Richie el pianista de formación clásica, su hermano menor el trompetista Raymond “Ray” Maldonado y Cruz organizan una nueva y ambiciosa banda – una que con el pasar de pocos años comenzaría a sentar pautas en el ambiente musical latino en Nueva York. Originalmente, esta nueva agrupación se llamaba Richie & Ray – “la orquesta de Richie y Ray;” repitan esta frase continuamente y tendrán una idea de cómo Richard terminó convirtiéndose en Richie Ray o Ricardo Ray, para efectos discográficos. Bobby, el otro cerebro de la banda, actuaría como corista en el principio. Tras perder a su cantante original, Bobby consigue la ayuda del ya respetado sonero santurcino Chivirico Dávila – con quien ya había coincidido en la orquesta del legendario timbalero Kako – quien no solo les ayuda cantando el grueso del repertorio en el estudio, sino que eventualmente ayuda al propio Bobby a moldear su propio estilo. Esto sería fundamental, toda vez que Bobby era el cantante de la orquesta en sus presentaciones en vivo, aunque no quisiera asumir el rol principal al comienzo. Sus primeros discos para el sello Fonseca ya daban fe de la creatividad de la orquesta, capaz de asumir todo un arsenal de influencias y estilos diversos: nadaban con igual solvencia entre lo afrocaribeño y el jazz, fusionándolo con elementos del rock y la música clásica (¿Bach en clave? Escuchen “Ricardo y Chaparro” o ya en los 70’s “Mi Amigo Juan…”). También asumieron sin miedo nuevos ritmos como el mozambique, la pachanga que con nombre cubano se gestaba en Nueva York, y el jala-jala que recién se importaba desde Puerto Rico. La base inicial de la ahora orquesta de Richie y Ray la componían los hermanos Maldonado en piano y primera trompeta, Bobby como cantante, Russell ‘Skee” Farnsworth como bajista y co-arreglista, Ray “El Flaco” Cruz en el timbal, Héctor Cubero en las congas, Harry Rodríguez en el bongó, Harry Hall en segunda trompeta y, en el estudio, las voces de Chivirico y el cubano Felo Brito. La plaza de segunda trompeta durante este período fue una puerta giratoria por la que desfilaron, entre otros, Joe Wohletz, Larry Spencer e incluso un precoz Willie Colón antes de hacerse trombonista. Eventualmente, el Flaco Cruz y Cubero salen de la formación entrando por ellos respectivamente José “Candido” Rodríguez – hermano gemelo de Harry…y sí, él pronunciaba su apodo con acento en la i en vez de la a, por eso no hay tilde – en el timbal y batería y Joaquín “Jackie” Dillomis, el recordado Conde de la Tumbadora.
En 1965 hacen su entrada al sello Alegre, inaugurando la fiebre del boogaloo y el Latin Soul, respuesta Nuyorican a la imponente marea rockera que entonces implantaban grupos como Los Beatles y los Rolling Stones. Con este nuevo sonido, Richie Ray abre la puerta que con éxito cruzarían Joe Cuba, Joe Bataan y Pete Rodríguez, el eventual rey del boogaloo. El debut de Richie Ray bajo Alegre, “Se Soltó,” también fue la última grabación de Chivirico como cantante principal. Si bien trabaja como corista en el disco siguiente, “Jala Jala y Boogaloo” (1966), entiende que ya era hora de que Bobby Cruz, quien ya adquiría mayor soltura (aunque aún se nota la potente sombra de Chivirico en “Bomba Camará”), despegara en solitario de aquí en adelante. Justo a tiempo. El éxito total de este disco consagraba en definitiva a la banda, que para este entonces conformaban Dillomis, los gemelos Candido y Harry Rodríguez en el timbal y bongó, el bajista y miembro fundador Russell “Skee” Farnsworth y la importantísima dupla de trompetas que debutaba aquí: el venezolano Pedro Chaparro y el legendario jazzista Adolphus “Doc” Cheatham, el inmortal Mr. Trumpet Man. [Ray Maldonado ahora integraba la banda de Mongo Santamaría y paralelo a esto grababa con La Playa Sextette.] Los gemelos Rodríguez eventualmente abandonan la orquesta, entrando por ellos Manolito González en el bongó y el veterano Mike Collazo, ex timbalero de Tito Rodríguez y también virtuoso en la batería. Y tanto era el poder de convocatoria y popularidad de Los Durísimos en 1968 que, tras el super éxito de “Mr Trumpet Man” el productor Neil Galligan y el arreglista Hutch Davie – el compositor de “Soul México” – se acercan a Levy con la idea de grabar un álbum crossover con el binomio, replanteando clásicos del rock-and-roll de los 50’s y 60’s (Isley Brothers, Buster Brown, Tommy James, Shirley Ellis, Joe Jones, Lee Dorsey entre otros) en clave de boogaloo. Surge así el irreverente álbum “Lets Get Down To The Real Nitty-Gritty.” No solo eso, sino que también ese mismo año el legendario productor Teddy Reig – antiguo socio de Levy en Branston y ahora encargado de artistas y repertorio (A&R) para la poderosa United Artists – logra contratar a Los Durísimos para dos álbumes bajo la división latina de esta disquera, UA Latino. Es así entonces y paralelo al contrato vigente con Branston que Richie graba los álbumes “Viva Ricardo” y “El Diferente.”
Tras 8 exitosos discos con Alegre y los dos bajo licencia del sello con United Artists (tres si contamos el álbum doble y compilación “Super Pack”), el final de la relación entre Los Durísimos y el sello que ahora comandaba Morris Levy fue agrio. Tras negarse a firmar una extensión de contrato en 1969, Levy – quien alardeaba de sus conexiones con la mafia – los amenaza a ambos de muerte, a lo que Bobby – el rudo del binomio – le contesta con una amenaza mayor envolviendo a toda la familia Levy si se atrevía a tocarlos. La tensión era más que evidente al momento de grabar el disco “Agúzate,” el último del contrato (y el tema que presta su título al disco lo dice todo). Inclusive, para las últimas presentaciones de la orquesta en Nueva York hasta 1970 – incluso su debut con la Fania All-Stars en el Cheetah un año después – un aguzado Bobby portaba una pistola cargada a sus presentaciones, por si Levy cumplía su amenaza.
Así las cosas, en 1970 y tras exitosas presentaciones en Puerto Rico – y conscientes de que estaban calientes en Nueva York – deciden trasladarse a tiempo completo a la isla para enfriarse. De la ahora disuelta vieja orquesta solo quedan Manolito González y la adolescente de 18 años Migna Luz Rosas Medina – apodada Miki Vimari – quien debutara con ellos como corista en el disco “El Diferente.” PERO… tanto era el poder de Morris Levy que, ante la salida de Los Durísimos de Tico/Alegre, este logró paralizar por completo la carrera del binomio al registrar a nombre suyo y de Branston Music sus nombres artísticos. O lo que es lo mismo: Richard y Robert ahora no podían presentarse o grabar bajo sus alias (Ricardo Ray, Richie Ray, Bobby Cruz, Los Durísimos, etc.) a menos que le pagaran una fuerte suma a Levy o a menos que renovaran contrato con él. Entra en escena un antiguo conocido de Bobby – y antiguo compañero suyo en la Academia de la Policía en Nueva York – quien ya le seguía los pasos al binomio incluso antes de que estos firmasen con Levy: el ya presidente de Fania Jerry Masucci. Masucci, tras pagar a Levy para liberar sus nombres artísticos, viajó a Puerto Rico para proponerles contrato discográfico para su sello, incluso creando una nueva subsidiaria alrededor de estos, Vaya Records. Esta vez era imposible que Los Durísimos se negaran a firmar y así se cuadro todo. Mientras tanto, el conseguir acoplar una banda que emulara fielmente el sonido que ya identificaba a Richie Ray no fue fácil, especialmente conseguir dos trompetas que duplicaran la perfección de la dupla Chaparro/Cheatham. Pero lo lograron, curiosamente con dos maestros de igual nombre, Ismael Rodríguez; a uno lo apodaban “Maelo,” al solista estrella “Cocolía.” Con este nuevo grupo, que completaban Charlie Cotto en el timbal y batería, el virtuoso José “Mañengue” Hidalgo y poco después el bajista Polito Huertas, Los Durísimos graban el álbum más trascendental de su temprana discografía: “El Bestial Sonido,” su debut para Fania y Vaya Records. Imperando junto a El Gran Combo en la naciente escena salsera en Borinquen y rebosantes en fama, dinero y placeres, Richie y Bobby ahora eran reyes en la Isla del Encanto. Inclusive, en un bailable efectuado a principios de los 70’s, se les bautiza y corona como Los Reyes de la Salsa. Como el Juan En La Ciudad de años más tarde, Los Mamitos lo tenían todo. Casi todo…
La fama de mamitos – chulos o mujeriegos, en buen boricua – le rebotaba en cara a Richie. Rechazado por una joven a quien le ofrece matrimonio, el pianista cae en una profunda depresión. Ya tanto Richie como Bobby habían sucumbido al mundo de la droga antes (conste como evidencia la irreverencia histérica en “Shout,” incluido aquí), pero Richie ahora vivía en negación total. En sus propias palabras, necesitaba estar “high” – dopado o “arrebata’o” en buen boricua – para escapar, aunque fuera temporeramente, de su triste realidad. Para 1974 su depresión llega a un punto crítico: Richie planifica asesinar a la joven y suicidarse para poder terminar con su tormento. Es en este punto donde Ricardo Ray tiene su encuentro en pleno con el Señor y su vida cambia radicalmente. No solo desiste del nefasto plan, sino que desde entonces sigue perseverando en los caminos de la Fe. [Su testimonio puede ser escuchado en el disco “Tú Alumbras Mi Ser,” de 1980.] La conversión de Bobby – quien en no pocas ocasiones le cuestionaba a Richie su alocado estilo de vida – tardó un tiempo más. Al principio éste creía que la conversión de Richie al Evangelio era otro producto más de un viaje marihuanero, pero la insistencia del pianista para que Bobby lo siguiera en su nuevo viaje – mientras seguían aclamándolos como Reyes de la Salsa – los distancia temporeramente. Finalmente, Jesucristo se revela a Bobby a través de su esposa Rose tras atestiguar un milagro manifestado en ella y, como los Doce Apóstoles – y Richie – decide dejarlo todo y seguirle. En sus discos “1975” y “10mo Aniversario” ya anunciaban al mundo su Conversión, pero es con el exitoso disco “Reconstrucción” (1976) y la puesta en salsa de la parábola del hijo pródigo en “Juan En La Ciudad” que introducen de lleno el contenido Cristo-céntrico en su discografía. Como la ruta del Cristo al Calvario, este nuevo camino no fue uno de rosas: tuvieron que enfrentar el rechazo tanto del salsero que antes los aclamaba y el del ala ortodoxa del Cristianismo que no les tomaba en serio, pero perseveraron.
Si bien anunciaron su retiro en 1991 para dedicarse exclusivamente al ministerio, esto resultó ser temporero. Ya el padre tiempo se encargaba de validar esa salsa con mensaje que el salsero promedio, desencantado con el rumbo que tomaba el género entonces, ahora descubría y adoptaba años después de grabados. [Total, la religión y la música nunca han sido opuestos históricos. Si antes Richie y Bobby como muchos otros alababan en salsa a los babalaos y los Orishas (como en “Cabo’ E” o “Iqui con Iqui”) o incluso a otros semidioses (“Adasa” o Hadaza, nombre hebreo de Ester, salvadora del pueblo judío en Persia), ¿por qué no pueden anunciar la Buena Nueva en clave también?] Ante el clamor del público Los Durísimos regresaron y esta vez vinieron con todo. Su sonido sigue bestial y su mensaje más poderoso que nunca. Y con Dios delante ya van pa’l 60 Aniversario como institución salsera y más de cuatro décadas de ministerio… Dame ese ajá.
HABLANDO EN CLAVE – BOOGALOO FILES II: VIVA RICARDO!
HABLANDO EN CLAVE
Escrito y Presentación: Tommy Muriel
Edición: Angelina Medina Quiroga
Sección y Programa Original de Herencia Rumbera Radio
Lima – Perú
Febrero 2021