The Boogaloo Files, Vol. 8: Ensayo por Tommy Muriel para Hablando En Clave. ®

Intro.

 

«You have to change your evil ways, baby.» (¿En serio, Muriel? ¿La misma introducción del capítulo anterior?)

Sí, se puede decir que con estas mismas primeras líneas del manifiesto machista de 1967 que inmortalizara originalmente Willie Bobo – el creador de la fórmula original que transformó el boogaloo en rock latino – comenzó a su vez el ascenso a la fama de una joven banda californiana que dos años después se consagraría a nivel internacional. Pero la historia de esta banda de nombre Santana y de su líder el hoy legendario guitarrista mexicano Carlos Santana tiene muchas subtramas. Demasiadas como para resumirlas en un ensayo breve – o un programa musical de tres horas y media, ya que estamos en esas – pero igual hacemos el intento en estas líneas a continuación.

La historia en específico de Carlos Humberto Santana Barragán – el cuarto de siete hijos del matrimonio entre el violinista José Santana y Josefina Barragán – comenzó el 20 de julio de 1947 en Autlán, México. Desde luego, Carlos – al igual que pasaría eventualmente con su hermano menor Jorge Santana – recibe su primera influencia musical por parte de su padre, incluso debutando en su momento como segundo violín en el mariachi que don José dirigía en ese entonces. No obstante, las constantes giras de don José dentro y fuera de México lo convertían en una silla usualmente vacía en el hogar, lo cual haría que Carlos ante la ausencia de éste – y sin la presión de éste enseñándole un estilo de música con el cual no se sentía a gusto – le perdiera el interés al violín. Pero su madre no iba a permitir que tantas horas de lecciones se fueran a la borda… y una visita al parque donde una banda de rock-and-roll tocaba en vivo cambió para siempre el norte del aún incipiente violinista. A los 14 años ya Carlos tocaba bajo en una banda de rock local de nombre The Strangers – la transición de violín a bajo le fue relativamente fácil pues ambos son instrumentos de cuatro cuerdas – pero su pasión desde entonces era la guitarra eléctrica. Y comenzó a variar su espectro musical: de las obvias referencias rockeras como Ritchie Valens pasó a estudiar principalmente a los grandes guitarristas de la escena del blues – T-Bone Walker, Buddy Guy, B. B. King, John Lee Hooker y su eventual suegro Saunders King. Y por supuesto a los músicos que en ese entonces se presentaban en Tijuana – su lugar de residencia en ese entonces – como Gene Ross. Poco después y buscando mayor estabilidad, la familia se muda gradualmente a San Francisco, Carlos siendo el último en irse pues a su corta edad ya tenía plaza fija tocando en clubes de Tijuana. En San Francisco el entonces catorceañero se enfrentaba por primera vez a otro tipo de influencias: desde Lee Morgan, Wes Montgomery, pasando por Stan Getz y Cal Tjader hasta los del patio de acá, como Tito Puente y Mongo Santamaría.


De Santana Blues Band a SANTANA.


Las bases para lo que eventualmente fue su primera banda comienzan a caer en sitio en 1965 cuando Santana conoce por primera vez a Michael “Mike” Carabello, quien a su vez lo introdujo a la música del baterista Chico Hamilton, del guitarrista Gabor Szabo – otra de las influencias principales de Carlos – y del recién llegado timbalero Willie Bobo. La escena musical en San Francisco empezaba a ver a nuevos actos como Sly and The Family Stone, Jefferson Airplane y Jerry García con su Grateful Dead. El común denominador en el ascenso de estas bandas lo sería un personaje importantísimo en la carrera de todos estos: el manejador, empresario y otrora fiebrú mambero Wolfgang Grajonca, mucho mejor conocido como Bill Graham. Uno de esos bailables, donde un duelo amistoso de guitarras entre García, Michael Bloomfield y el joven Santana llamó la atención del propio Graham, selló el destino del mexicano y de la banda a la cual pertenecía, la cual aún no tenía nombre – en la búsqueda de nombres para el colectivo barajaron varios títulos usando los apellidos de sus miembros hasta que decidieron que el del guitarrista era el más llamativo. El primer traspiés de la banda, ahora bajo el nombre oficial de Santana Blues Band, vino tan pronto como la segunda noche que ellos se suponía tocaran: los padres de dos de los integrantes – para colmo, los mismos que serían el transporte de Carlos esa noche – no los dejaron salir hasta terminar sus respectivas tareas, por lo cual los tres llegaron tarde al club solo para encontrarse con un obviamente airado Bill Graham maldiciéndolos y gritándoles que ni se esforzaran en subir los instrumentos que ellos no iban a tocar más para él.

La cosa mejoraría cuando un viejo amigo de nombre Stan Marcum se hace cargo de la joven banda y, tras sugerir desprenderse precisamente de esos dos músicos que provocaron aquella tardanza con Graham, las restantes piezas empezaron a llegar: Gregg Rollie en el órgano y como voz principal, el bajista David Brown, el baterista rockero Doc Livingston y el conguero Marcus Malone sustituyendo brevemente a un no muy confiable Mike Carabello, quien, aunque ya no en tarima aún era parte de la tropa. Con este personal y los estupefacientes del gusto de cada cual – un six-pack de cervezas para Rollie, LSD y marihuana para el resto – ya estos estaban grabando presentaciones en vivo y algunos ensayos en el recién inaugurado Pacific Recording Studio de Paul Curcio, material que luego del éxito eventual del grupo ha sido reeditado hasta la saciedad en compilaciones en CD de bajo presupuesto. Eso sí, y se puede decir que influencia directa de Miles Davis ya en plena transición al jazz fusión, los temas de esta primera edición del Santana Blues Band eran descargas larguísimas que podían extenderse hasta incluso más de media hora. Livingston fue despedido de la banda ante quejas de que su estilo de tocar no encajaba con el sonido de la banda, siendo sustituido brevemente por John Rae – sí, el baterista y timbalero de Cal Tjader – hasta que eventualmente llegó Michael Shrieve, cuya base era más jazzista que rockera y combinaba mejor con la percusión latina que ya tenía la banda. [Como mencionado en los programas que le dedicamos a la música de Tjader, Rae fue uno de los pioneros en adaptar ritmos afrolatinos a la batería décadas antes del surgir del songo. El propio Shrieve adopta algunos de los conceptos de Rae en su estadía con Santana.] El último en llegar a esta banda lo fue el timbalero nicaragüense José “Chepito” Areas.

Eventualmente comienzan a tocar de nuevo para Bill Graham, a quien le encantó el sonido nuevo de la banda y empezó a contratarla para su nuevo local, el Fillmore West. Graham fue el primero en sugerirle a la banda que acortaran la duración de los temas (y, por cierto, el que le sugirió a la banda que grabaran su propia versión del “Evil Ways” de Bobo y Sonny Henry, el eventual primer éxito discográfico de la banda), así como acortar el nombre del colectivo que ya a estas alturas no se limitaba al blues. Con estas movidas Graham básicamente preparó al ahora Santana a secas para su eventual encuentro con Clive Davis, principal ejecutivo de CBS en ese entonces, uno de varios sellos que ya interesaban firmarlos. El que su ídolo Miles Davis y Bob Dylan fuesen artistas de Columbia, principal subsidiaria de CBS, fue crucial en el hecho de que Carlos prefiriera firmar con esta multinacional, lo cual se hizo oficial en octubre de 1968. Para este entonces, sin embargo, Marcus Malone es convicto por asesinato, por lo que obviamente no podía seguir con la banda. Ya con contrato discográfico a cuestas y sin conguero, la solución obvia fue traer de vuelta a Carabello, quien se sabía el repertorio de todos modos. Aunque no necesariamente miembro oficial del grupo, el pianista Alberto Gianquinto también fue pieza trascendental en esta evolución del Santana de esas descargas kilométricas al Santana de sonido más comercial, ayudándolos con ese proceso de acortar la duración de los temas sin que se perdiera la esencia de ese sonido ya característico de la banda.


La consagración…y el despelote (1969-’72).


Agosto 6, 1969 fue una fecha crucial para la banda. Todo empezó con una reunión en la que Graham sentó a toda la banda en julio de 1969 y les dijo lo siguiente:

«Algunos grupos no están bien ahora mismo. (Jimi) Hendrix no está vendiendo, Jim Morrison se metió en problemas por exposición deshonesta, Sly (Stone) se está metiendo demasiada cocaína. Los estoy enviando a ustedes (Santana) a la costa este y cuando regresen todo va a ser diferente. Primero van a tocar en Atlantic City y New York City, después Boston y Filadelfia y finalmente un festival grande en Texas. Van a tocar allá con Sam & Dave, B. B. King y Led Zeppelin. De tocar en salones pequeños van ahora a tocar festivales con hasta 30, 000 personas. Y van a tocar un festival grande en Nueva York donde van a haber entre ochenta y noventa mil personas. Ese festival en Woodstock va a cambiar todo para Santana. Después de ahí todo el mundo los va a reconocer y eso les va a volar la mente. Van a empezar a creerse que siempre fueron famosos y los van a tratar como dioses. No dejen que esa mierda se les suba a la cabeza. Manténganse con los pies bien puestos en tierra. Y créanme, porque esta es la verdad: esto va a pasar así.»

Palabras proféticas que se cumplieron tal cual. Pero vayamos por partes. La gira fue un éxito rotundo, amén de una oportunidad única de exponer a Santana – la banda – ante otro tipo de música y otro tipo de público. Entonces vino ese segundo día del festival de Woodstock donde les tocaba participar. No había manera de llegar allá por tierra – así de multitudinario fue este evento – así que los músicos madrugaron para ser transportados en vanes a una localidad desde la cual serían transportados en helicópteros hacía la parte trasera de la tarima principal. Por la complicada logística del evento, fueron varias las bandas que tuvieron que cancelar o posponer su participación. Carlos no estaba consciente de esto y, creyendo que el evento correría tal como acordado – Santana no se suponía que subiese a tarima hasta ya entrada la noche después del set de Grateful Dead – aceptó de Jerry García un pase de mezcalina que pensó que con las horas y varios vasos de agua se le pasaría el efecto para cuando fuera su turno en tarima. Peeeeero…, ante el hecho de que eran varias las bandas que no pudieron estar en el local a tiempo para tocar a la hora especificada, la producción del evento llamó a Santana para que subiera a tocar mucho más temprano si es que querían presentarse ese día. Sin poner peros la banda subió a tarima, Carlos aún alucinando bajo los efectos de la droga y rezando en silencio “Señor, mantenme en tono y en tiempo…mantenme en tono y en tiempo.” La banda fue una de las sensaciones del festival, su interpretación del tema “Soul Sacrifice” formando parte de la película y banda sonora basada en dicho festival.

Este elenco inicial de Santana grabó tres álbumes para Columbia; su debut “Santana” (1969), el consagratorio “Abraxas” (1970) y “Santana III” (1971), este último sumando a bordo como miembro integral de la banda al adolescente Neal Schon como segunda guitarra. En el estudio, ya para el segundo y tercer álbumes, aparte del pianista Gianquinto contaron con la colaboración de amigos de la escena como los fenecidos Rico Reyes (vocalista) y Thomas “Coke” Escovedo (bongosero y eventual reemplazo de Chepito cuando éste último enferma de tuberculosis ausentándose por varios meses de la banda), así como grandes como Mario Ochoa (piano), Luis Gasca (trompeta) y la sección de vientos de la mítica banda Tower of Power. Pero tal y como lo advirtió Graham, con la fama, los discos de platino y todo ese dinero entrando de golpe comenzó a agrietarse el grupo cuando el ego y las actitudes de varios de sus miembros empezó a hacer mella. Entonces con esa misma fama llegaron los excesos y problemas de indisciplina que gradualmente dividieron la banda en varios subgrupos y el cada vez más fácil y dañino acceso a drogas mayores – en específico cocaína y heroína. Stan Marcum, el primer manejador de la banda y quien aún representaba a la banda, pretendía sacar a Graham del panorama, lo que a su vez eventualmente terminó en que el propio Marcum fuese el despedido.

Si bien en este entonces la banda era un colectivo sin líder fijo, Carlos – después de todo, la banda llevaba su apellido – decidió que era momento de llamar a capítulo a toda la plantilla. Pero para cuando finalmente la reunión se llevó a cabo – con un agitado calendario de presentaciones y la grabación de “Santana III” entre medio – la cosa ya no tenía remedio. El que Hendrix y Jim Morrison fallecieran por sobredosis no detuvo a algunos de los miembros de la banda. David Brown fue “despedido” – más bien suspendido en lo que el hombre enderezaba su vida – entrando brevemente en su reemplazo un bajista acústico de nombre Tom Rutley. El propio Carabello junto a Marcum serían los próximos en irse, estos dos ya despedidos de plano por insistencia de Carlos tras un mini-motín a bordo: Carlos se negó a formar parte de una gira mientras Stan y Carabello – a quienes él identificó como los culpables principales del desmedido abuso de drogas en la banda – siguieran en la nómina y la banda decidió seguir adelante sin Carlos. O sea, Santana sin Santana. A las tres semanas Neal Schon llamó a Carlos desde Nueva York para decirle que lo necesitaban ya que en sus presentaciones había gente abucheando por su ausencia, a lo que Carlos insistió “yo me monto en el avión si ustedes mandan a Stan y a Carabello en el próximo vuelo de regreso a California.” Lo que eventualmente ocurrió, abriendo la puerta para la entrada del neoyorquino James “Mingo” Lewis a bordo. Carabello siguió su carrera con otros grupos y eventualmente el suyo propio (años después haría las paces con Santana). Brown seguía en rehabilitación. Marcum, lamentablemente, terminó siendo otra estadística más gracias al abuso de drogas.


Buscando la luz divina (período fusión, 1973-’76).


Con los evidentes cambios en el sonido de la banda – a estas alturas inevitablemente dividida en varios bandos ya culminando el año 1971 – Santana entra al estudio para grabar el controversial álbum “Caravanserai” al año siguiente. Carlos y Shrieve – ambos bajo la fuerte influencia de John Coltrane y la fusión de Miles y de Weather Report así como la filosofía indostánica – jalaban cada vez más hacia el lado jazzista, mientras Rollie y Schon – quienes eventualmente y tras concluida la grabación de este álbum abandonaban la banda para fundar la suya propia, Journey – no querían desprenderse de su base rockera. El otro miembro fundador que aún quedaba abordo, Chepito, era un “ente neutral:” más en su propio mundo que otra cosa y sin envolverse de lleno en lo que la banda estaba haciendo o hacia donde se dirigía. Al pobre Coke, quien se quedó como tercer percusionista al regreso de Chepito para finalmente irse en 1972, en varios otros libros dedicados a la biografía de Santana – autorizada o no – lo etiquetan injustamente como el “chismoso,” el lleva y trae que alegadamente provocó la disolución de la banda original cuando, al momento de disuelta, tanto él como su hermano Pete Escovedo estaban ya de lleno con su propia banda de jazz latino y, eventualmente, la conformación de su banda Azteca.

Eso sí, tras las sesiones de “Caravanserai” entrarían de lleno al elenco cuatro nuevos miembros. Tres de ellos, el bajista Doug Rauch (quien entró por el jazzista Rutley y quien murió harto prematuramente también víctima de sobredosis dos años después), el pianista Tom Coster y el legendario Armando Peraza (quien a sus casi 50 años en ese entonces traía esa solidez y madurez artística que la banda necesitaba), debutaron precisamente en “Caravanserai.” Un segundo pianista/tecladista – Richard Kermode, quien por pagos de regalías renunciaba a las filas de Malo, banda donde el hermano menor de Carlos, Jorge Santana, era figura estelar – se sumaría poco después. Esta segunda edición de Santana, con varios cambios adicionales un su elenco (el fugaz saxofonista Jules Broussard y los cantantes Leon Thomas y Leon Patillo turnándose, aunque el repertorio en esta etapa de la banda era mayormente instrumental) y varios invitados a bordo de la talla de Airto Moreira y su esposa Flora Purim, grabaría también los álbumes “Welcome” (1973) y “Borboletta” (1974), así como su primera grabación oficial en vivo tomada de su hoy antológico concierto en Japón – “Lotus” (1973-’74) – todos estos vendiendo bien aunque mucho más discretamente que los primeros tres álbumes y prácticamente sin sonar en la radio.

CBS y, particularmente, el propio Graham no estaban muy contentos con el cambio de dirección de la banda. Irónico como suena, este período entre 1972 y 1975 y tras el surgimiento de otras bandas que afianzaron ese llamado Brown Sound como Malo, Azteca, El Chicano, Sapo y War, no era raro leer y escuchar comentarios tan inverosímiles y cargados de cierto dejo de racismo como – hasta cierto punto – ciertos: “esta gente suena la música de Santana mejor que SANTANA…” (Moraleja no esperada: si alguien es experto en clasificar y poner etiquetas por doquier lo es precisamente el gringo promedio…)


Tierra llamando a SANTANA (“baja, coño, baja…,” 1976-’79)


Así las cosas, ya entrado 1975 y con aún más cambios a bordo – Shrieve eventualmente saliendo de la banda tras meses de enfermedad y con el hoy fenecido virtuoso Leon “Ndugu” Chancler reemplazándolo, un rehabilitado David Brown regresando como bajista a tiempo completo (al igual que el caso de Héctor Lavoe, esta sería la primera vuelta de un interminable circulo vicioso entre recaídas y rehabilitaciones que al final le costaría su propia vida), Chepito de nuevo abandonando la banda por enfermedad y el igualmente virtuoso Greg Walker tomando la rienda vocal – Santana entendía que tras dos años y tres discos volcándose de lleno al jazz fusión – sin contar los que Carlos hizo como solista en este entonces a dúo con John McLaughlin, Alice Coltrane (la viuda del legendario dios del jazz de nombre John) y el baterista/guitarrista/cantante de blues Buddy Miles (sí, el último baterista que tuvo Hendrix) – ya era hora de volver a su esencia inicial y complacer a los cocorocos de CBS con un álbum mucho más comercial.

Surge entonces el álbum “Amigos,” que, aunque con sonido actualizado, en cuanto a contenido y secuencia musical era casi una copia al carbón de “Abraxas” – lo que de por sí no era ninguna molestia para la disquera. Y el que Santana regresara a las listas de éxitos con temas como “Baila Mi Hermana” y el instrumental “Europa” (sí, el mismo clásico que dos años después regrabaría y haría suyo Gato Barbieri) tampoco molestaba en lo absoluto. Más cambios vendrían durante el resto de la década de los 70’s: Chepito regresa solo para irse en definitiva en 1977, entrando por él a bordo Pete Escovedo como el nuevo timbalero; otro miembro fundador de Malo, Pablo Téllez, entraría brevemente como bajista en 1976, sustituido a su vez al año siguiente por David Margen; un segundo conguero en la figura del fenecido virtuoso Raúl Rekow – otro renunciante miembro de Malo y luego miembro fundador de Sapo, banda que surge de la primera división de la anterior – también entra a bordo formando llave con Peraza y Escovedo; finalmente y tras varios cambios en la plaza de baterista, el virtuoso Graham Lear pasaría a ser el dueño de esta silla por la próxima década y media.

Entre medio de todos estos cambios – y los discos que Santana como grupo grabó durante este período: “Festival” (1976), “Moon Flower” (álbum doble de 1977 mitad grabación de estudio y mitad grabado en concierto durante la gira del año anterior), “Inner Secrets” (1978) y “Marathon” (1979) – Carlos no solo contrae nupcias con Deborah King, hija del legendario Saunders King y madre de sus tres hijos Salvador, Stella y Angélica, sino que también abraza de lleno el movimiento del gurú Sri Chinmoy adoptando el seudónimo Devadiplámpara, luz y ojos de Dios en sanscrito hindú – entre 1974 y 1981. Si algo positivo le sacó Carlos – según sus propias palabras – a su asociación con el controversial gurú hindú lo fue precisamente su reconexión hacia lo espiritual, el romper con los excesos de la escena del rock-and-roll, una mejor alimentación y vivir una vida más sana.


Los turbulentos 80’s: la Fuerza de Choque rítmica y el Glasnost global (Berlín, Sudáfrica y la URSS) …


Llega la década de los 80’s con muchos cambios tanto en lo musical como en el plano personal. Por un lado, tanto Carlos como Deborah deciden salir del movimiento de Chinmoy – el poder desmedido de este gurú hacia con ellos y el hecho de que el matrimonio sentía que éste los estaba utilizando para su propio beneficio siendo factor de peso. Por otro lado, aunque ya sin Clive Davis de por medio – despedido por CBS, éste en noviembre de 1974 ya fundaba Arista Records – el contrato con Columbia seguía vigente y la música del Santana de este entonces empezaba paulatinamente a absorber la temática social. Santana como banda se transforman otra vez: Cubriendo a Greg Walker – quien se coge una sabática de dos años de la banda – entra a bordo como nuevo cantante el igualmente virtuoso Alex Litgerwood, quien también tocaba guitarra y percusión menor. Otra importante adición lo fue la del bajista Alphonso Johnson, quien venía de sustituir a Jaco Pastorius en Weather Report, así como ya a mediados de década la entrada de otra pieza vital del nuevo sonido que definiría a Santana por las próximas dos décadas: el virtuoso tecladista Chester Thompson. Y finalmente reforzando la sección de ritmo la banda firma finalmente a uno que ya estaba en la mira del propio Carlos desde 1975 cuando sustituyó en varios shows de esa gira a un enfermo Chepito Areas, el legendario Orestes Vilató. Junto al fugaz regreso de Walker, este fue el elenco detrás de los álbumes “Shangó” (1981), “Zebop” (1982 y primer álbum donde Carlos aparece solo en la portada), “Beyond Appearances” (1985) y “Freedom” (1987, primer álbum donde ya oficialmente Carlos pasaba a ser la imagen de la banda), así como las producciones solistas de Carlos Santana “The Swing Of Delight” (1980, la última bajo el alias de Devadip antes de romper con Chinmoy y donde aparte del grueso de la banda también le acompañan leyendas de la talla de Herbie Hancock, Tony Williams, Ron Carter y Wayne Shorter, ese segundo gran quinteto de Miles Davis), “Havana Moon” (1983, un homenaje de Carlos a sus raíces, trayendo como invitados a Booker T. Jones, el grupo Fabulous Thunderbirds y hasta el mariachi de su padre Don José) y “Blues For Salvador” (1988 y último disco de este elenco). [También a mediados de los 80’s y en otro homenaje a sus raíces, Carlos escribió la banda sonora del exitoso filme “La Bamba,” basado en la vida de Ritchie Valens.]

Si bien no conectaron ningún éxito grande en las listas de éxitos durante este período – apenas sonaron en la radio temas como “Winning” y “Hold On” – las giras del colectivo ahora alcanzaban países como la aún dividida Alemania antes de derribado el muro de Berlin y la antigua Unión Soviética antes de su disolución como potencia mundial. También estuvieron en el ataque frontal contra el apartheid en Sudáfrica y abogando por la liberación de Nelson Mandela y la desclasificación del movimiento de este último como alegado ente terrorista por la supremacía blanca que entonces aun gobernaba allí con mano dura. En 1986 Santana celebró sus primeros 20 años de vida musical con un concierto donde reunió por primera y última vez en tarima a todo el elenco original (el bajista David Brown fallecería poco después) y, dos años después, Columbia lanza el doble álbum y VHS (y eventualmente DVD) “Viva Santana,” precisamente un recuento de esas primeras dos décadas de música. En el interín y cansado a su vez de pelear con la gerencia de CBS buscando complacerlos con material comercial, Carlos no solo comienza a grabar como invitado en varios proyectos de artistas como el virtuoso jazzista McCoy Tyner, el legendario percusionista Babatunde Olatunji (el autor del super éxito “Jingo”), el también guitarrista Vernon Reid, el grupo Weather Report y su ídolo el legendario John Lee Hooker, sino que al margen de la banda Santana organiza una gira de conciertos en conjunto con Wayne Shorter en 1988.


Los 90’s y el nuevo milenio: muerte y resurrección, el período pop…y una última goza’ita con la vieja guardia.


Llega el año 1990 y con este el final de la relación de Santana con CBS tras 22 años, comenzando una nueva – aunque no muy fructífera – era con Polygram y con varios cambios adicionales. Tras el álbum de 1990 “Spirits Dancing In The Flesh” – el ultimo bajo Columbia – un Armando Peraza ya entrando en su octava década de vida decide retirarse en definitiva de los escenarios tras más de dos décadas ininterrumpidas viajando con la banda. Orestes, cuya corrida con Santana también llega a su fin en 1989 aunque grabó en uno de los temas de ese álbum de 1990, era finalmente reemplazado en 1991 por un virtuoso de origen mexicano que venía de las filas de la banda de Prince; el correcaminos Karl Perazzo. Otro que también tocó brevemente con Prince y fue miembro por varios años de la organización de Miles Davis debutaba también como el nuevo bajista de la banda: Benny Rietveld. Finalmente, la plaza de baterista durante esta década fue una puerta giratoria, con grandes como Walfredo De Los Reyes Jr., Horacio “El Negro” Hernández, Dennis Chambers y Rodney Holmes desfilando por la misma. Discos como el excelente – e injustamente subestimado – “Milagro” (1992 y dedicado póstumamente a dos de sus mejores amigos y mayores influencias recién fenecidos un año antes: Bill Graham y Miles Davis) y un nuevo álbum en vivo grabado y filmado en su natal México – “Sacred Fire” (1993 y con Jorge Santana a bordo) – le siguieron en orden.

Esta década fue particularmente difícil para Carlos en lo personal – amén de que su corrida con Polygram no fue nada de exitosa comercialmente, encaraba también un doloroso proceso de divorcio de la madre de sus tres hijos – pero terminó en una nota más que dulce: ante la iniciativa precisamente de Deborah, un Carlos ya libre de contrato alguno llama a su antiguo amigo Clive Davis y tras invitarlo a uno de sus conciertos finalmente acordaron trabajar juntos otra vez. Solo que esta vez sería bajo el sello Arista y Clive como presidente estaría a cargo del proyecto buscando no un disco más de Santana, sino el que lo pusiera de vuelta en las primeras planas y sonando fuerte en la radio. Así las cosas, en 1999 sale al mercado el álbum que reinventó a Santana y a su líder, “Supernatural.” Clive puso a disposición de Santana toda una cantera de talento joven que le dio otro color a la banda: Wyclef Jean, Rob Thomas, Dave Matthews, Everlast entre muchos otros, así como al mismísimo Eric Clapton como invitado sorpresa. La banda regular a su vez se agrandaba añadiendo por primera vez una sección de vientos con los virtuosos Bill Ortiz (trompeta) y Jeff Cressman (trombón), ambos con años de experiencia en orquestas como las de Pete Escovedo, Tito Puente y el Machete Ensemble de John Santos. El éxito masivo de este álbum prácticamente obligó a Santana a repetir la formula en sus discos subsiguientes, “Shaman” (2002) y “All That I Am” (2005). La misma fórmula, pero en español, la retoman Santana y Clive Davis en el 2014 con el álbum “Corazón” para RCA y el subsiguiente concierto filmado y grabado en México del mismo nombre, acompañado esta vez por Wayne Shorter, Gloria Estefan, Diego Torres, Samuel Rosa, Los Fabulosos Cadillacs y Juanes, entre otros. “Shape Shifter” (2012) sería el único álbum de Santana en este periodo donde no contaría con una pléyade de invitados colaborando.

En 2016, y tras una iniciativa de Neal Schon, Carlos finalmente sale con la secuela al “Santana III” reuniendo a buena parte de los originales para un último álbum y gira – hasta la fecha. Bajo el título “Santana IV” y lanzado de manera independiente, se reúne de nuevo todo el cuadro fundador salvo por el fenecido David Brown (por razones más que obvias) y uno a quien no invitaron esta vez: un renuente Chepito Areas, quien se declaró en abierta guerra con Santana tras un fracasado intento anterior de reunir a este mismo elenco fundador sin Carlos en el álbum de 1997 “Abraxas Pool.” (Sus respectivos puestos, desde luego, cubiertos aquí por Rietveld y Perazzo.) El álbum más reciente de Santana como colectivo al momento de firmado y completado este ensayo lo es “Africa Speaks” (2019) para el sello Concord y con la participación de la inmensa Concha Buika en la parte vocal y, entre otros músicos, el virtuoso conguero boricua Paoli Mejías quien entró a la banda sustituyendo al fenecido Raúl Rekow, el hoy virtuoso por mérito propio Salvador Santana – el hijo mayor de Carlos –en los teclados y la virtuosa baterista Cindy Blackman, actual esposa de Carlos Santana.

Esta historia continúa…


Discografía selecta para este programa:

Todos los solos de guitarra eléctrica y acústica por Carlos Santana salvo donde se especifique.

  • Intro: Milagro (1992) – introducción por Bill Graham; vocal: Alex Litgerwood; solos: Chester Thompson (teclados)
  • Toussaint L’Overture (1975 en vivo Snack Benefit Concert en San Francisco) – solos: Armando Peraza (congas), Orestes Vilató (timbales), Tom Coster (órgano, teclados)
  • Santana Blues Band: Fried Neckbones & Home Fries (1968) – solos: Gregg Rollie (órgano), Marcus Malone (congas)
  • Soul Sacrifice (1969 en vivo Woodstock) – solos: Gregg Rollie (órgano), Michael Shrieve (batería), Chepito Areas (quinto)
  • Oye Como Va (1970) – solos: Gregg Rollie (órgano)
  • Guajira (1971) – vocal: Rico Reyes; solos: Mario Ochoa (piano), Chepito Areas (flugelhorn)
  • Para Los Rumberos (1971) – solos: Mike Carabello (congas), Chepito Areas (timbales), Luis Gasca (trompeta)
  • Everybody’s Everything (1971 con Tower of Power) – vocal: Gregg Rollie; solos: Neal Schon (guitarra), Gregg Rollie (órgano)
  • Carlos Santana & Buddy Miles: Evil Ways (1972 en vivo) – solos: Carlos Santana & Neal Schon (guitarras), Robert Hoggins (órgano), Hadley Caliman (sax), Luis Gasca (trompeta), Buddy Miles, Carlos Santana, Neal Schon & Mike Carabello (vocal)
  • John McLaughlin & Carlos Santana (Mahavishnu & Devadip): A Love Supreme (1973) – solos: John McLaughlin & Carlos Santana (guitarra), Jan Hammer (órgano Hammond)
  • La Fuente Del Ritmo (1972) – solos: Armando Peraza (bongó), James “Mingo” Lewis (congas, piano), Chepito Areas (timbales), Tom Coster (piano eléctrico), Gregg Rollie (órgano)
  • Aspiration (1974) – solos: Jules Broussard (sax)
  • Bambelé [aka Bambeyo] (1973 en vivo Japón) – vocal: Leon Thomas, Armando Peraza; solos: Richard Kermode & Tom Coster (teclados), Armando Peraza (congas), Leon Thomas (efectos de percusión)
  • Gitano (1975) – solos: Armando Peraza (congas, vocal), Ndugu (timbales)
  • Europa (1978 en vivo Los Ángeles Palladium) – solos: Raúl Rekow (congas), Graham Lear (batería)
  • Bámbara (1980) – solos: Orestes Vilató (timbales), Raúl Rekow (congas), Armando Peraza (congas, vocal)
  • American Gypsy (1981) – solos: Richard Baker (piano), Orestes Vilató (timbales), Raúl Rekow (congas), Armando Peraza (bongó)
  • Hannibal (1988) – vocal: Alex Litgerwood, Carlos Santana, Raúl Rekow; solos: Armando Peraza (congas), Chester Thompson (teclados)
  • Bella (1988)
  • Smooth (1999 con Rob Thomas)
  • Corazón Espinado (1999 con Maná)
  • The Game Of Love (2002, versión original con Tina Turner)
  • Eres La Luz (2012) – vocal: Andy Vargas, Tony Lindsey
  • Samba Pa’ Ti (2012, versión nueva con José Feliciano) – solos: José Feliciano (guitarra acústica, vocal), Carlos Santana (guitarra eléctrica)
  • Los Invisibles (2019 con Buika)
  • Bembelé (2019 con Buika)
  • Hechizo (2016) – solos: Neal Schon, Carlos Santana (guitarra)
  • Blues Magic (2016) – vocal: Gregg Rollie; solos: Neal Schon, Carlos Santana (guitarra), Gregg Rollie (teclados), Benny Rietveld (bajo), Michael Shrieve (batería), Mike Carabello (congas), Karl Perazzo (timbales)
  • Oye Como Va (1999) – solos: Armando Peraza (bongó), Raúl Rekow (congas, vocal), Karl Perazzo (timbales, vocal)
  • In A Silent Way/Se Acabó (1986 en vivo Shoreline Amphitheater) – introducción por Bill Graham; solos: Neal Schon, Carlos Santana (guitarra), Gregg Rollie (órgano), Chepito Areas (timbales), Mike Carabello (congas), Michael Shrieve (batería)
  • Black Magic Woman/Gypsy Queen (1986 en vivo Shoreline Amphitheater) – vocal: Gregg Rollie; solos: Neal Schon, Carlos Santana (guitarra), Gregg Rollie (órgano), Chepito Areas (timbales)

HABLANDO EN CLAVE – OYE… ¿CÓMO VA?: la multiplicidad de Santana…


HABLANDO EN CLAVE

Escrito y Presentación: Tommy Muriel

Edición: Angelina Medina Quiroga

Programa y Sección Original de Herencia Rumbera Radio

Lima – Perú

Julio 2021